Todo parece indicar que dar con la o las personas que el jueves por la tarde intentaron forzar la puerta de acceso a la caja de caudales del servicio de Tesorería del Ayuntamiento de Vilagarcía será tarea casi imposible. El gobierno local ha puesto en marcha una investigación para esclarecer este suceso. Sin embargo, el consistorio no dispone de dispositivos de grabación en sus dependencias, por lo que no existen registros que corroboren lo que pasó.

En la puerta lateral del consistorio, junto a la que se ubican las oficinas de la Policía Local, hay una cámara. Se trata, sin embargo, de un mero sistema de vigilancia que no graba las imágenes de los que entran y salen. Por lo que, más allá de lo que pueda recordar algún posible testigo, el Ayuntamiento no dispone de material que atestigüe quien pudo acceder a las dependencias municipales a la hora en la que se supone se registró el intento de hurto.

A pesar de que todo quedó en un susto, y la única consecuencia del suceso son algunos arañazos en una cerradura, lo acontecido el jueves, supuestamente a última hora de la tarde, después de que los servicios de limpieza pasasen por Ravella, ha servido para poner en alerta al gobierno local.

El ejecutivo considera necesario mejorar el control de las personas que entran y salen del Ayuntamiento fuera del horario habitual de atención al público. El alcalde, Tomás Fole, se reunió con la jefa de la Policía, Maricarmen Roca, ya el viernes por la mañana, cuando el personal municipal se percató de lo sucedido. Ahora se estudian fórmulas para "fichar" a todos los que accedan al edificio.

Las sedes de distintas administraciones, como la X unta, e incluso algunos juzgados, disponen de un control de seguridad en su entrada, en el que cada ciudadano debe dejar sus datos presentando su documento de identidad. Fórmula que podría ser imitada por el ejecutivo vilagarciano, que valora opciones con la Policía.

Por el momento nada ha cambiado en Ravella y ayer sábado, con las oficinas municipales cerradas, en la entrada del Ayuntamiento no existía ningún control extraordinario.

Los funcionarios municipales se toparon el viernes por la mañana, al iniciar su jornada laboral, con evidencias de que alguien había tratado de forzar la puerta que da acceso a la caja de caudales. A pesar de que la cerradura presentaba diversas marcas, el intruso no consiguió su objetivo y no pudo abrirla.

El gobierno local ha minimizado la importancia de lo sucedido. Pues aunque el frustrado ladrón hubiese podido llegar a la caja, su botín habría sido nulo. Y es que al término de la jornada laboral "ni en el departamento de Tesorería ni en las demás dependencias municipales queda dinero, puesto que todas las operaciones económicas se hacen a través de movimientos bancarios, y los pagos en efectivo de certificados que se realizan en caja son mínimos".

De cualquier modo, en el Ayuntamiento se acumula un buen número de documentación, que en muchos casos incluye datos privados de ciudadanos. Por ese motivo, no parece descabellado pensar en mejorar la vigilancia y controlar el acceso de personas a las dependencias municipales.

Aunque por las tardes las oficinas de Ravella no funcionan, al consistorio acceden un buen número de vecinos, ya que los ediles realizan entrevistas y reuniones de trabajo en esa parte del día. El gobierno quiere que los que lleguen sean guiados al despacho en el que hayan sido citados.