Los viñedos siguen exentos de enfermedades tan preocupantes para el sector vitivinicultor como el mildiu, aunque parece que por poco tiempo.

El avance de esta plaga está siendo "muy lento", según los técnicos, de ahí que ni siquiera sea preciso aplicar tratamientos fitopatológicos.

En cualquier caso, hay que hacer una salvedad. Se desaconseja tratar los viñedos siempre y cuando sean objeto de un seguimiento específico y constante, sometiéndose a revisiones periódicas, pues esto indicará el momento exacto para actuar. O lo que es lo mismo, los distintos productos para tratar el mildiu non son precisos hasta que aparezca la primera mancha. Sin embargo, hay otros muchos viñedos, sobre todo los de carácter familiar, en los cuales no existe ese seguimiento específico de la enfermedad, y en estos casos sí resulta recomendable "iniciar los tratamientos en cuanto el tiempo lo permita".

Así lo explican en la Estación Fitopatolóxica do Areeiro (EFA), dependiente de la Diputación de Pontevedra y cuyos técnicos exponen que a lo largo de la pasada semana no han apreciado síntomas de mildiu en ninguna de las parcelas de seguimiento que han visitado, como tampoco han sido informados de su aparición en ninguna otra zona.

Aunque se registran condiciones propicias para su aparición y avance, no es menos cierto que "las bajas temperaturas que se están registrando son las causantes del retraso en el ciclo del mildiu", según apuntan los técnicos.

Y esto es tanto como decir que en cuanto empiecen a subir las temperaturas aumentará, también, el riesgo de que aparezcan las temidas manchas en diferentes zonas.

A la espera de acontecimientos hay que analizar lo que se conoce como "método de Goidanich", que se utiliza en prácticamente todo el mundo para elaborar informes y avisos fitosanitarios y que consiste en establecer un porcentaje de desarrollo de la enfermedad.

En este sentido, parece que el porcentaje de desarrollo registrado en las parcelas de seguimiento es del 19,5% en Areeiro (Pontevedra), del 24% en Barrantes (Ribadumia), del 36,6% en Castrelo (Cambados), del 65,8% en Corón (Vilanova de Arousa), del 13,5% en la finca de Pé Redondo (Meis), apenas llega al 20% en la de Tremoedo (Vilanova), roza el 43% en O Rosal, el 19% en Salvaterra y se sitúa en el 13% tanto en Arbo como en Soutomaior.

El "método de Goidanich" antes aludido indica que "cuando se alcance el 100% de desarrollo acumulado del mildiu habrá concluido el período de incubación teórico y aparecerá la primera mancha", aunque se trata de una estimación aproximada y no siempre veraz, de ahí que los especialistas de la EFA adviertan de que "se puede tratar preventivamente a partir del 70% de desarrollo".

Así pues, el sector debe permanecer especialmente atento, sobre todo si se cumplen las predicciones de Meteogalicia y las temperaturas empiezan a subir. Será entonces cuando haga su aparición el mildiu, y será, también, cuando se intensifique el ritmo de trabajo en los viñedos para aplicar los tratamientos fitopatológicos encargados de combatir dicha enfermedad.

Es momento de colocar trampas de feromonas

Los técnicos de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro indican que ha llegado el momento de colocar las trampas de feromonas que deben ayudar a controlar las plagas de polilla del racimo, en el caso de los viñedos, y las de "Cydia pomonella", que suele afectar al manzano. En el primer caso, los expertos indican que ya se han cumplido las condiciones para que se inicie el vuelo de las polillas, y aunque "no es necesario tratar la primera generación, debido a los escasos daños que produce", sí es aconsejable colocar esas trampas porque gracias a ellas "conoceremos en su momento cuándo aplicar los tratamientos necesarios".

Localizan las primeras colonias de pulgón en los manzanos

Los pulgones han hecho su aparición en algunas plantaciones de manzano. En ejemplares de la variedad "Golden" se ha localizado al pulgón "ceniciento", aunque también han llegado avisos a la EFA sobre las primeras colonias de pulgón "lanígero". Por ahora no es preciso aplicar tratamientos, pero sí extremar la vigilancia para determinar cuándo hacerlo, sobre todo en el caso de la primera especie, que puede deformar los frutos. Cabe advertir, también, de que si se produce el ascenso de temperaturas anunciado por Meteogalicia van a registrarse las condiciones propicias para el desarrollo del moteado del manzano.

Amenazas para las plantaciones de peral y ciruelo

En la EFA explican que se han detectado "ataques bastante importantes" de una plaga como la "Hoplocampa", capaz de provocar una caída prematura de la fruta. Combatir esta especie de gusanos pasa por aplicar los tratamientos insecticidas específicos para el momento de la caída de pétalos.

El mismo insecto está causando daños en los frutos de algunas plantaciones de ciruelo. A este respecto, cabe incidir en que "este insecto está apareciendo en los últimos años en nuestra zona y provoca la caída de los frutos recién cuajados". Debe ser tratado en el momento de la floración.

La vegetación presenta un cambio de tonalidad que los técnicos definen como "normal"

Aunque en el sector vitivinicultor pueden estar acostumbrados a ello, a mucha gente habrá sorprendido el cambio de tonalidad apreciable en algunos viñedos ahora que se encuentran en estado fenológico F–G, es decir, entre racimos visibles y racimos separados. En la Estación Fitopatolóxica do Areeiro (EFA), donde se sigue minuciosamente el día a día de las parcelas, indican que, efectivamente, "la vegetación presenta una tonalidad más clara de lo habitual en la práctica totalidad de las parcelas". Y acto seguido apostillan que "es normal, teniendo en cuenta los eventos climáticos registrados". Se refiere, más concretamente, a las precipitaciones intensas de este mes y al descenso de las temperaturas registrado "después de un invierno y un inicio de la primavera entre suaves y cálidos". Esas condiciones, insisten, son las que han propiciado el cambio de tonalidad en las plantas.

Lógicamente, como se explicó hace un par de semanas, las mismas condiciones expuestas son las que originaron un considerable retraso en la brotación y desarrollo de las cepas, que al igual que sucede con otros muchos cultivos ahora empiezan a recuperarse de manera importante gracias a las últimas precipitaciones.