Empresarios del sector turístico de O Grove reclaman a las Administraciones públicas más apoyo institucional y económico para preservar el patrimonio marítimo tradicional. Defienden así medidas de respaldo a los barcos históricos, pues consideran que forman parte de la localidad y contribuyen a generar riqueza.

No es la primera vez que se posicionan en este sentido, pero ahora lo hacen con más fuerza, después de que barcos tan emblemáticos como el vapor Hidria Segundo, la goleta Raquel C o el velero Nauja tuvieran que "emigrar" a los mares del Estrecho, al Mediterráneo, a Lanzarote o a Vigo –según los casos– para seguir funcionando.

Como se indicaba hace días, poco a poco parece desmantelarse aquel soñado museo flotante en que se había convertido la ensenada de O Corgo y para el que solo faltaba un espaldarazo final. Cada vez vez son menos los barcos tradicionales que amarran en el muelle meco, y eso, según los empresarios, va en detrimento de su sector, pero también en perjuicio del conjunto de la economía local. Solo esperan que la "sangría" no vaya en aumento.