Los bateeiros de A Illa de Arousa están hartos. Llevan veinte años esperando por la ampliación del muelle de O Xufre sin que ningún gobierno de la Xunta haya sido capaz de dar la respuesta adecuada a sus necesidades, por eso están dispuestos a crear un frente común, en el que participarían las tres entidades de mejilloneros, e incluso, la Cofradía, para reclamar a Portos de Galicia lo que consideran "básico" para desempeñar su trabajo en condiciones de seguridad.

La flota bateeira de A Illa abona a Portos de Galicia las tasas más altas por la utilización de un muelle que tiene todo tipo de limitaciones, y sobre todo, una alarmante carencia de servicios. Un barco de 16 metros de eslora abona a Portos una cifra muy próxima a los 500 euros al año, 321 en una cuota fija, 125 por ocupación de la dársena (cuando están amarrados a "muertos" en el medio del mar) y algo más de 50 por los residuos que puede generar.

Esa cifra hay que multiplicarla por las más de 130 embarcaciones bateeiras que tienen como puerto base el muelle de O Xufre y que se ven obligadas a amarrar de forma anárquica en las inmediaciones de la dársena, exponiéndose a sufrir las consecuencias de un temporal, como ocurrió hace tres años, o a ser víctima del robo de todos los utensilios de valor que existan en el interior de la embarcación, como ha estado ocurriendo en las últimas semanas.

Representantes de las asociaciones de bateeiros tienen previsto reunirse en los próximos días para articular una hoja de ruta que, de inicio, les lleve a reunirse con el presidente de Portos de Galicia, José Juan Durán, al que quieren preguntar por cuales son las intenciones que existen para el muelle. En caso de no conseguir este encuentro o que los resultados del mismo sean desfavorables, no descartan la celebración de algún tipo de movilizaciones, ya que "llevamos veinte años esperando y nunca se ha llevado a cabo esta obra".

Y es que los proyectos de ampliación de O Xufre han ido fracasando siempre pese a que todos los sectores económicos y políticos del municipio tienen muy claro lo que se necesita y siempre se han mostrado unánimes con ello. Esa unanimidad se mostró ya en 1999, cuando se le entregó a la entonces Consellería de Política Territorial, presidida por el ya fallecido José Cuiña, un documento con las necesidades del muelle, unas necesidades que, en esa ocasión, no se tuvieron en cuenta. La catástrofe del Prestige trajo un Plan Galicia para la remodelación de 32 infraestructuras portuarias, entre ellas la de O Xufre.

Todas fueron más o menos ejecutadas, salvo la dársena isleña que tuvo que aguardar a otra ocasión. Esa ocasión parecía llegar en 2008, cuando Emilio Pérez Touriño, presidente de la Xunta, inauguraba la actuación, pero en ese acto, los bateeiros volvían a encontrarse con otro revés: los amarres del proyecto estaban destinados a la náutica recreativa y no a la flota profesional. Con el compromiso de realizar modificaciones, comenzó la obra y cambió el gobierno de la Xunta, llegando el turno a José Manuel Álvarez Campana, en Portos, y de Rosa Quintana, en Mar. Ambos mantuvieron un encuentro con el sector y prometieron que en 2012 "A Illa contaría con un puerto que sería la envidia de toda la ría" en cuanto comenzasen las obras de la segunda fase. Esas obras prometidas nunca llegaron a iniciarse. Es más, ni tan siquiera existía un proyecto definido para ellas a finales del pasado año.

Ahora le toca a José Juan Durán corregir, de una vez, el error histórico de dejar al muelle más activo de la ría de Arousa en descargas de mejillón sin ningún tipo de servicio o seguir manteniendo en el tiempo "la injusticia que se ha cometido con nosotros en los últimos 20 años".