Juan Manuel Tornay Touriño, nacido en Alemania pero vecino de Catoira, falleció ayer a los 45 años como consecuencia de un accidente laboral ocurrido en Hormigones Catoira, una empresa del grupo Prebetong Galicia situada en la calle Paseo do Mirador da Ría, en la parroquia catoirense de Abalo.

Los hechos ocurrieron poco antes de las cinco y media de la tarde, cuando Juan Manuel Tornay Touriño estaba limpiando una máquina. En ese instante parece que fue atrapado por un brazo y la fuerza que ejercía el motor lo arrastró al interior del artilugio, que lo destrozó por completo. Inicialmente se creyó que había quedado decapitado, pero en realidad la potencia de la máquina que provocó el suceso mortal lo trituró, según indicaban los testigos presenciales. Es una "recicladora", que se usa para triturar hormigón y todo tipo de restos de piedra y cemento, lo cual puede dar una idea de su capacidad y peligrosidad.

Los efectivos médicos desplazados al lugar solo pudieron certificar el fallecimiento, decretándose horas después el traslado de los restos mortales en medio de escenas de gran dolor y conmoción.

En Catoira, con apenas 3.500 habitantes, todos se conocen, y en la parroquia de Abalo, aún más. Por si fuera poco, la casa del padre del fallecido está situada a apenas 50 metros del lugar de los hechos, y la propia víctima vivía en esa parroquia, donde deja viuda y dos hijos.

Tanto ellos como otros familiares, amigos y compañeros de trabajo permanecieron durante horas en las inmediaciones de la fábrica en la que se produjo el accidente laboral, lo cual provocó situaciones de gran nerviosismo.

"Nos sabemos por qué fue, pero la máquina lo arrastró por la manga y lo trituró", relataba entre lágrimas el concejal socialista Eduardo Touriño Criado, que es primo del fallecido.

La fatalidad ha querido que este terrible accidente se produjera cuando Juan Manuel Tornay Touriño apenas llevaba tres días trabajando en esta nave, pues si bien pertenecía ya al mismo grupo empresarial, prestaba sus servicios en una factoría situada en el entorno de Pontevedra, y no fue trasladado a Catoira hasta el jueves pasado, para sustituir a un compañero.

Todo esto ha sido confirmado por el primo del fallecido, quien se personó en el lugar de inmediato y pudo ver los restos.

"Mi primo estaba limpiando la máquina recicladora, que tiene unas potentes aspas, cuando parece que le enganchó la funda y lo arrastró al interior", relata Eduardo Touriño. Aclara, asimismo, que dicha máquina es una especie de tolva que se encuentra en el recinto exterior de la fábrica, y que "estaba trabajando en Pontevedra, pero lo mandaron para Catoira el jueves, para sustituir a alguien que se fue de vacaciones".

Este familiar del difunto relata que "llevaba trabajando en esta empresa puede que diez o quince años, pues empezó después de que se jubilara su padre, que fue camionero" y, por tanto, se dedicó al transporte de hormigón "durante casi toda su vida". Uno de los hijos del fallecido ya está casado; tiene 22 años. El otro, de unos 16 años, vive en el domicilio familiar de la parroquia de Abalo, con la madre y ahora viuda.

"Aunque nacimos y nos criamos en Alemania, donde estuvo toda la familia, Juan Manuel ya llevaba aquí tiempo suficiente como para ser muy conocido en todo el ayuntamiento", señala el primo del fallecido.

Alberto García García, el alcalde del municipio vikingo, apunta que la víctima "es hijo de emigrantes, y su familia es muy conocida en Abalo".

A juicio del regidor "lo sucedido es realmente sorprendente; son esas cosas que nadie espera nunca y supone un mazazo, sobre todo para la familia, a la que quiero hacer llegar el apoyo del Concello y de todo el pueblo de Catoira".