El temor y la indignación se ha instalado en los puertos de la ría de Arousa debido a una oleada de robos en embarcaciones. En las últimas semanas se han registrado varios casos y todos con una fórmula de actuar muy semejante: elección de un barco que se encuentra un tanto aislado en la dársena para abordarlo por la noche y llevarse los aparatos electrónicos más caros (plotter, sonda y radar). Ese fue el modus operandi del último de estos sucesos, que ocurrió precisamente en la madrugada de ayer en A Illa de Arousa.

En la dársena de O Xufre los ladrones abordaron dos barcos el "Novo Esmeralda" y el "Novo Tayla" que se encontraban amarrados a "muertos" fuera de la dársena al carecer el muelle isleño de una zona de atraque adecuada.

Del primero se llevaron todo el aparataje eléctrico y 5.000 litros de combustible que guardaba su propietario, mientras que del segundo han desaparecido todos los instrumentos de navegación, cuyo coste en 2005, cuando fueron adquiridos por los propietarios de la embarcación, ascendía a más de 9.000 euros. A estas pérdidas hay que añadir los importantes destrozos que causaron en el puente de ambos barcos de batea.

Los ladrones accedieron a los barcos de O Xufre por mar y dispusieron de toda la noche para hacerse con los instrumentos, sin dudar en destrozar todos los elementos de los puentes que los rodean.

Estas dos embarcaciones vienen a sumarse a una larga lista de sucesos similares registrados en los últimos meses y que hacen pensar en una oleada de robos cuyo objetivo es muy específico. El Día de Reyes, asimismo en A Illa, otros dos barcos, un auxiliar de batea y otro del cerco también se quedaron si todos sus instrumentos de navegación, en este último caso, el robo ascendió a más de 30.000 euros.

Aunque la mayor parte de estos robos se han registrado en A Illa por la pésima situación en la que se encuentra la dársena, no es un fenómeno exclusivo de O Xufre. En Cambados también se han denunciado ante la Guardia Civil varios robos en embarcaciones, tanto de aparatos de navegación como de gasóleo, e incluso, de piezas de motores.

Esta situación también se ha observado en Rianxo, donde se ha denunciado el robo de cría y de gasóleo en varios barcos bateeiros, lo que ha llevado al sector a plantearse la posibilidad de contratar seguridad privada con el propósito de disuadir a los amigos de lo ajeno.

La mayor parte de los puertos de la ría cuentan con pantalanes instalados, una medida que ha permitido reducir casi al mínimo los robos. Por lo menos así fue en Vilanova, donde antes de su instalación era habitual que se denunciase un caso de estas características prácticamente cada semana. De hecho, la situación llegó a ser de tal magnitud que los propios armadores se vieron obligados a contratar seguridad privada ante la inactividad de Portos de Galicia en este sentido. Aquello, afortunadamente, ya es historia.

Pero en algunos muelles, como el de Vilaxoán (Vilagarcía), aunque existen zonas de amarre próximas a la dársena y que permiten controlar los barcos, la ausencia de iluminación dificulta la perspectiva e impide ver si los cacos acceden a los barcos a través del mar.