Tras tener prácticamente enfilado el proyecto del área comercial de San Miguel de Deiro, el Concello de Vilanova ha puesto su objetivo en mejorar la situación del polígono industrial de Baión, una infraestructura que nació con el objetivo de convertirse en una zona de actividades logísticas para el Puerto de Vilagarcía pero que no acaba de despegar.

Desde que se finalizó su construcción, al término de 2008, solo tres empresas han formalizado su licencia y han construido sus respectivas naves industriales, el resto, han difuminado su interés, bien porque la coyuntura económica no es la más adecuada para abrir nuevos horizontes o por no contar con el apoyo institucional necesario (a través de créditos del Igape) como fue el caso de Sometal, que tuvo que renunciar a instalarse en Baión ante la falta de ayudas desde la administración autonómica.

Esta lentitud en la ocupación hace que en el Concello de Vilanova se aguarde con impaciencia el nombramiento del nuevo responsable de la empresa pública Suelo Empresarial del Atlántico (SEA) para poner encima de la mesa una serie de iniciativas tendentes a potenciar una infraestructura que debería convertirse en uno de los motores económicos de la comarca pero que, actualmente, se encuentra muy lejos de ese objetivo.

Entre las cuestiones a poner encima de la mesa está la de mejorar los accesos todavía más. El polígono cuenta en la actualidad con un acceso directo desde la PO-531, pero desde el Concello se considera fundamental la construcción de un vial desde el ramal del Puerto de Vilagarcía, a la altura de la rotonda de Godos.

En ese proyecto se necesitaría no solo la implicación de SEA, sino también del Ministerio de Fomento, con cuya titular, Ana Pastor, existe una buena relación.

Esta actuación vendría a complementar la inmejorable situación, en lo que a infraestructuras se refiere, del polígono de Baión, al que solo le falta conexión ferroviaria, una conexión que incluso llegó a barajarse en el proyecto de construcción pero que acabó siendo desechada pese a que su coste no iba a ser excesivo, ya que la vía férrea se encuentra a tan solo unos centenares de metros del polígono.

La mejora de los accesos no va a ser la única iniciativa sino que se está trabajando en una serie de planteamientos que permitan reformular el futuro del parque empresarial y que tienen por objeto mejorar el atractivo de un polígono industrial que, en estos momentos, solo tiene ocupado el 20% de su superficie, una cifra muy baja para las expectativas que generó con su construcción.

Zona comercial

Todas las naves que existen en el polígono se encuentran en la zona industrial, mientras los 50.000 metros cuadrados de espacio comercial que se han habilitado en Baión se encuentran totalmente vacíos y con muy pocas perspectivas de que se llenen con el tiempo, por eso se considera fundamental acometer una serie de reformulaciones del polígono de forma inmediata, nada más tome posesión el nuevo responsable de SEA, la empresa participada por el Estado y la Xunta de Galicia, para desarrollar Baión y convertirlo en un referente para la recuperación económica de la comarca de O Salnés, y sobre todo, de Vilanova, uno de los municipios con una tasa de paro más alta.

El principal motor del polígono industrial, la empresa Soaga, dedicada a la comercialización de fitosanitarios, ya ha comenzado su actividad, un hecho que desde el Concello esperan que sirva de acicate a la llegada de nuevas empresas que llenen el desangelado aspecto que presenta en la actualidad Baión.

El propio alcalde vilanovés, Gonzalo Durán, califica el polígono industrial como "vital" para el despegue económico de la comarca de O Salnés y asegura que "vamos a trabajar para que así sea, tratando de ofrecer suelo a las empresas a un precio competitivo y garantizándoles todas las facilidades del mundo para que se instalen", afirma.

Insiste en que "debemos realizar una serie de reformas para convertirlo en atractivo, porque está claro que algo está fallando, aunque es cierto que hay un buen número de empresas interesadas en él pero que no dan el paso por la coyuntura económica actual".

Precisamente, uno de esos fallos se encuentra en la administración, y pone como ejemplo el caso de Sometal, "una empresa solvente y con carga de trabajo que presentaba un proyecto muy serio pero al que se le pusieron todas las trabas en el Igape para concederle una ayuda; eso no puede volver a ocurrir".