La drástica reducción en las ayudas que la Consellería do Mar destina a las cofradías para cuestiones de vigilancia de los bancos marisqueros va a reducir de forma considerable el número de trabajadores en este sector. La primera víctima que se va a cobrar es Vilanova, cuyo pósito se reunió en la noche del pasado miércoles para analizar la situación y comenzar a plantearse la posibilidad de reducir el número de vigilantes actuales.

La propia patrona mayor del pósito vilanovés, Evangelina Lago, reconocía ayer que "estamos haciendo números para mantener a todos los vigilantes, pero ya no podemos estirar mucho más si desde Mar no se nos dan garantías económicas".

Esto fue lo que le explicó al cabildo y a las directivas de las dos agrupaciones de marisqueo con las que cuenta la cofradía vilanovesa. En principio, el número actual de vigilantes "se mantendrá hasta enero, pero a partir de ahí va a resultar muy complicado y calculamos que nos veremos obligados a reducir su número en, al menos, dos personas". Lago espera que no tenga que ser así, pero "todo dependerá de la aportación que decida realizar la Consellería para este fin, pero no somos nada optimistas visto lo que está pasando en estos momentos".

Aunque la estabilidad interna de la Cofradía de Vilanova no es precisamente la mejor, las dos directivas respaldan la decisión que adopte la patrona mayor a este respecto, ya que "incrementar el porcentaje que se les retira a los mariscadores, en estos tiempos en el que el marisco se cotiza a la baja, es algo impensable, por lo que no nos quedará otra que ayudar en las tareas de vigilancia", explicaban ayer.

Los problemas que ha creado la reducción de las partidas de las ayudas a la vigilancia no solo afecta a Vilanova de Arousa, sino a la práctica totalidad de las cofradías de la ría. De hecho, en el seno de los pósitos existe un importante malestar a este respecto ya que van a ver limitado, de forma considerable, su poder disuasorio ante los furtivos. Así, temen que se registre un repunte en la actividad de los furtivos en los bancos marisqueros al encontrarse con que el número de vigilantes no alcanza para controlarlos lo suficiente.

Por otra parte, las integrantes de la agrupación de mariscadoras de Vilanova se plantean dejar de concentrarse ante las dependencias del pósito reclamando que se les abone el dinero que la Cofradía les adeuda por el punto de control. Las mariscadoras van a llevar el caso a los tribunales y ese será ahora su principal vía después del fracaso estrepitoso que fue la mediación de la Consellería do Mar en la crisis del pósito vilanovés.

La división interna en el seno de la Cofradía vilanovesa es de tal magnitud que hasta las cenas de Navidad se celebran por separado, y en la agrupación de marisqueo a flote se celebran tres diferentes.