La comunidad científica de Galicia se apunta un nuevo éxito. Después de tres años de intensas investigaciones se han obtenido "avances muy importantes" y "resultados muy prometedores" sobre la reducción del impacto de las biotoxinas marinas, popularmente llamadas mareas rojas.

La diferenciación genética del producto, para seleccionar los ejemplares más resistentes a la toxicidad, y la posibilidad de aplicar nuevos métodos de depuración que faciliten la llegada al mercado de bivalvos contaminados que dejan de estarlo son solo dos de los avances obtenidos tras los miles de pruebas, análisis y operaciones de todo tipo realizadas desde el año 2008.

La investigación se llevó a cabo al amparo del proyecto denominado "Episodios tóxicos de origen fitoplanctónico que afectan a los moluscos bivalvos de Galicia", técnicamente conocido como Epitox.

Los objetivos de esta iniciativa científica no eran otros que "reducir las consecuencias de los episodios tóxicos sobre el cultivo de moluscos bivalvos; obtener datos clave para la correcta evaluación del problema y fomentar la interrelación entre los grupos de investigación y el sector de la acuicultura".

Se trata de una acción de investigación promovida por la Xunta par estudiar las mareas rojas desde diferente vertientes, de ahí la implicación en este proyecto de un buen número de organismos e instituciones, como son el Centro de Investigaciones Marinas, el Instituto Tecnológico para el Control del Medido Marino (Intecmar), Consellería de Sanidade, Universidade de Santiago, Universidade de Vigo y Fundación Cetmar (Centro Tecnológico del Mar).

Una vez completado el estudio, al que se cree preciso dar continuidad en el futuro, los científicos, biólogos y demás participantes en el mismo concluyen que "se obtuvieron avances muy importantes en el conocimiento de los mecanismos de retención y eliminación de las toxinas en el interior de los moluscos bivalvos", lo cual "abre las puertas a nuevas vías de depuración".

Esto es tanto como decir que hay nuevas posibilidades de eliminación de biotoxinas en los moluscos para limpiarlos y poder enviarlos al mercado con garantías absolutas, lo cual es una buena noticia tanto para el consumidor como para el productor o cultivador.

Paralelamente, los investigadores concluyen que una vez realizados los primeros trabajos para lograr mejillones que no acumulen toxinas, es decir, para seleccionarlos genéticamente y escoger a los más resistentes, se ha procedido a "identificar las diferencias entre los individuos".

De este modo es posible concretar los niveles de heredabilidad de la resistencia a las biotoxinas, lo cual facilita la identificación y selección de los mejillones más fuertes o menos vulnerables frente a la acción de las mareas rojas. Y por tanto, recurriendo a esos moluscos más resistentes, podrán reducirse los efectos negativos que causan las biotoxinas cuando su presencia en las rías obliga a mantener cerradas las bateas.

Detección de la DSP

Bajo el paraguas de Epitox también fue posible desarrollar nuevas técnicas de detección de las biotoxinas y mejorar algunas de las ya existentes, "entre ellas la técnica de detección mediante fosfatasa para toxinas DSP" o diarreicas, que son las más frecuentes o populares en las aguas gallegas.

Pero esto no es todo, pues los tres años de intenso trabajo dieron para mucho. La prueba es que se desarrolló, igualmente, un sistema de control y predicción de la acumulación y eliminación de las toxinas durante los diferentes episodios, que como se explicó en tantas ocasiones anteriores provocan aperturas y cierres de bateas de mejillón dependiendo de la mayor o menor presencia de las células tóxicas.

Junto a estos logros se incluyen otros igual de relevantes, sobre todo importantes como base para el desarrollo de investigaciones futuras. Así las cosas, se realizaron encuestas de hábitos alimentarios entre la población gallega para determinar la ración media de bivalvos ingeridos, al igual que se hicieron estudios para ver cómo se elimina la toxicidad de un producto durante su cocción.

En este sentido, decir que con Epitox se alcanzaron importantes resultados y conclusiones que determinan el trascendente grado de variabilidad existente en la eliminación de toxina dependiendo de su tipo, de la forma de cocinado, de la especie de bivalvo de que se trate y del tiempo de cocción.

Para finalizar, el estudio de mejillones contaminados permitió obtener "toxinas purificadas" mediante las cuales "estudiar la toxicidad e interacciones entre las diferentes toxinas marinas".