Falta justamente un mes y en las lonjas ya huele a Navidad. O al menos el precio de algunos mariscos parece propio de esas épocas, pues hay productos que se mueven en cifras astronómicas que se antojan impropias de los difíciles momentos económicos que atraviesa el país.

Que a estas alturas se alcanzaran ya registros máximos de 180 euros para el percebe, de 117 para el santiaguiño o de 183 euros por kilo de camarón solo puede indicar una cosa: que el precio de los mariscos no entiende de crisis.

Si se repiten las pautas del año pasado, algunas especies aún van a subir, y mucho, a lo largo del próximo mes, y tanto el camarón como el percebe y el propio santiaguiño son firmes candidatos a rondar o superar los 200 euros por kilo, en primera venta.

Del santiaguiño (Scyllarus arctus) puede decirse que es una especie antiguamente usada como abono o devuelta al mar por los pescadores. Pero de un tiempo a esta parte se ha convertido en algo así como un producto con derecho de admisión, casi reservado a los más pudientes.

Esto se debe a su escasez, pues en lo que va de año apenas se vendieron 400 kilos en toda Galicia, con una facturación global de casi 19.000 euros.

Los pocos afortunados que pudieron probar este crustáceo tuvieron que pagarlo a precios altos, pues marcó máximos de 117 en A Coruña, 90 en San Cibrao, 77 euros por kilo en Burela, 75 en Vigo, 70 en Malpica, 65 en la lonja de Ribeira y 59 euros por kilo en la rula de Baiona, por citar algunos ejemplos.

El percebe, que es otro producto clásico en las Navidades, ya fue capaz de alcanzar en lo que va de año los 180 euros, tal y como pudo comprobarse en la lonja de San Cibrao, pero también llegó a 116 en A Coruña, a 133 euros por kilo en la de Aguiño, 125 en Cangas, 139 en Cariño, a 140 euros en Cedeira, a 100 en Corme, a 102 en Malpica y a un máximo de 78 euros en la de O Grove.

Todo esto, lógicamente, son precios máximos meramente orientativos, aunque en buena lógica suelen indicar que si un producto se paga caro en lonja también va a resultar costoso para el consumidor final, pues una vez superado el proceso de primera venta hay que aplicar al producto adquirido los correspondientes márgenes de ganancia o beneficios que acaban fijando la tarifa con la que ese mismo artículo llega en plazas de abastos, pescaderías y demás. Lo mismo sucede con el camarón, que recibe el apellido de "común" aunque esto no tenga nada que ver con la realidad que marcan sus precios.

Como queda dicho su tope hasta ahora es de 183 euros por kilo, en A Illa de Arousa, llegando a los 160 euros en Vilanova, a 150 en Pontevedra (Mercado) y a 182 euros por kilo en la rula de O Grove.

Para hacerse una idea de la situación en que se encuentran algunos productos, y de lo difícil que puede resultar elaborar un buen menú navideño, hay que indicar que la cigala ya superó este año los 161 euros por kilo, en A Coruña, llegó a 90 euros en Marín y marcó un techo de 150 euros en Ribeira.

Y al analizar esos precios máximos registrados hasta ahora también conviene aludir a los 40 euros por kilo que se cotizaron por la almeja babosa, a 54 euros por kilo que se pagaron por la almeja fina, 39 euros para la centolla, 63 euros para la langosta y 68 para la nécora.

El alto precio de ciertas especies no solo se hace notar entre crustáceos y bivalvos, sino que se observa igualmente con peces como el lenguado, que ya superó los 57 euros por kilo, y cefalópodos como la lura, que llegó a cotizarse a 50 euros.