Galicia está considerada como la meca del surf y del windsurf en Europa por muchos motivos: miles de kilómetros de costa y vientos de todo tipo son algunos de ellos. No en vano, las playas gallegas son toda una referencia para quienes practican estos deportes, además de sede habitual de competiciones tanto nacionales como internacionales. Y es que cualquier época del año es buena para hacer surf y windsurf en la comunidad, un territorio en auge en el que cada vez se ven más tablas.

En este sentido, la provincia de Pontevedra ofrece acantilados, salientes, entradas de mar, bahías y recovecos ideales donde disfrutar de un día perfecto. Una de las más famosas playas, donde más aficionados acuden, es la de Patos, en Nigrán. Con ella compiten otras insignes y afamados arenales como A Lanzada, Bastiagueiro, Cobas o Fornos.

"A Lanzada es una de las playas de más fama ya no solo en España, sino a nivel internacional", apunta Milo Castelo, 11 veces campeón gallego de surf. Este pontevedrés, de 35 años, lo tiene claro. "Nos sentimos unos privilegiados, porque en Galicia hay muchísimas playas idóneas para la práctica de nuestro deporte".

En A Lanzada, donde ya sabe lo que es ganar en algún que otro torneo, "hay mucho viento y el entorno es precioso", indica Milo Castelo, que si bien destaca el potencial de las Rías Baixas, reconoce que "en las Rías Altas también hay muy buenas playas".

La relación de este deportista y empresario con la tabla comenzó hace ya más de dos décadas. Con 14 años acudió a la playa en compañía de un amigo de su madre, también surfista, para conocer los entresijos de la modalidad. "Empecé con el bodyboard. Digamos que es una modalidad para el primer día. Así empieza todo el mundo, con la tabla pequeña –relata–. A la semana siguiente ya empecé con la tabla de surf, y así hasta hoy".

Explosión de adrenalina

Además, a su juicio, el surf también tiene varios componentes adictivos. "Es un deporte alternativo. Tiene su toque de riesgo e impone bastante respeto, pero esto no quiere decir que sea peligroso. Hay que saber nadar bien y tener una buena forma física para pelear con el mar. Las sensaciones son increíbles. Hay una explosión de adrenalina muy grande que te acaba enganchando".

Por si esto fuera poco, "el entorno también invita", como ocurre en el arenal grovense de A Lanzada. "Es un deporte que se puede practicar durante todo el año", recalca el 11 veces campeón gallego, que también ha orientado su vida profesional hacia el sector comercial. Desde el año 2002 regenta la tienda Mission, ubicada en la céntrica calle Sagasta, de Pontevedra. "Es mi tienda y además es mi patrocinador. Yo soy la imagen de la tienda", explica. No obstante, la crisis también ha llegado al sector, reconoce. "Sí que noto un bajón a todos los niveles. Trabajo en un sector caro. Lo que creo que nos salva a nosotros es que somos los más técnicos de Galicia y nos avala la trayectoria y la experiencia en la competición".

El de Milo Castelo es solo uno de los nombres que suenan en el panorama gallego del surf y sus derivadas. Otro nombre propio a tener muy en cuenta es el de Sergio Lage, un hombre que suele organizar campeonatos en A Lanzada y cuya vertiente empresarial se caracteriza, sobre todo, por haber instalado un negocio de paddle surf en Malta. Recientemente lo trasladó a las Rías Baixas, y ahora prepara un ambicioso proyecto para desarrollar esta iniciativa tanto en aguas de Arousa como en las de Pontevedra y Vigo.

De este modo pretende fomentar este deporte, basado en el uso del remo sobre la tabla. Quiere que sea una experiencia deportiva innovadora y una iniciativa turística desestacionalizadora, por eso incluso plantea la posibilidad de organizar cursos o clases gratuitos para darlo a conocer y ganar adeptos.

Todo ello, hay que insistir, forma parte del creciente "negocio" de la tabla, que en cualquiera de sus vertientes está cada vez más presente en la ría arousana, y sobre todo en playas de la península de O Grove como A Lanzada o Mexilloeira.