La Xunta da tres meses de plazo al propietario de cinco bateas que hace un cuarto de siglo fueron trasladadas desde un polígono de Cambados a otro de Ribeira. Fue una medida "provisional", pero el concesionario no devolvió los parques a su situación original, y aquello desencadenó a un largo y complejo proceso judicial. Hace dos años, una sentencia firme ordenaba reubicar los parques en aguas cambadesas, pero dado que no se hizo así, ahora la Consellería do Mar ha decidido dar carpetazo al asunto, y no es el único caso en el que se anuncia "mano dura" para restablecer la legalidad.

De este modo, la Xunta quiere dar respuesta a una reclamación constante formulada por diferentes dirigentes de organizaciones mejilloneras gallegas que le exigen que haga cumplir la resolución del alto tribunal sobre la reubicación de esas 5 bateas de mejillón arousanas.

Después del prolijo proceso judicial y diferentes recursos, el Tribunal Supremo dictó sentencia el 1 de junio de 2009 para ratificar fallos emitidos con anterioridad y ordenar la reubicación de esos cinco viveros que hace más de dos décadas habían sido trasladados a Ribeira.

Como queda dicho, a pesar de esa sentencia firme del Supremo, dos años después los parques de cultivo flotantes aún no fueron recolocados, de ahí que en el sector productor exija la actuación urgente del gobierno gallego. Y de ahí, también, que Mar reaccionara con la resolución firmada el pasado 11 de octubre en la que se da al titular de las bateas un plazo de tres meses para restablecer la legalidad.

Los bateeiros señalan que "las leyes son para todos y no se pueden aplicar diferentes criterios para unos u otros, por eso pedimos que se haga cumplir esa sentencia y se reubiquen las cinco bateas en el polígono que les corresponde".

A esto añaden que "si el concesionario no cumple, tiene que ser la Xunta la que efectúe el traslado y pase al cobro los gastos correspondientes".

En este sentido, hay que incidir en que el Gobierno de Galicia ya remitió el requerimiento necesario al concesionario de las bateas en litigio para que las reubique, e incluso se abrieron expedientes sancionadores por el mismo motivo. Se trata de las Mapesvi I, Mapesvi II, Mapesvi III, Mapesvi IV y Mapesvi V, que en su día estaban fondeadas en Cambados y tenían autorización para el cultivo de ostra. Por diferentes razones, el concesionario, que es un conocido empresario arousano, consiguió un permiso de la Xunta para reubicar las bateas en un polígono de Ribeira, y más concretamente en aguas de Aguiño, consideradas las más ricas y productivas de la ría, en lo que a cultivo de mejillón se refiere.

Pero aquel permiso, que incluso autorizaba al concesionario a dejar de cultivar ostra para producir mejillón en esas cinco bateas, era solo provisional.

Ni que decir tiene que el propietario de los viveros se benefició de aquella medida durante los últimos años –el traslado se efectuó en 1987–, pues el cultivo de mejillón sale más rentable que el de ostra, sobre todo si las bateas se sitúan en Aguiño, donde algunos parques pueden generar unos ingresos de hasta 100.000 euros anuales o más.

Algunos productores sostienen incluso que, de ser así, si ese dinero se multiplica por diez años o veinte años, y por las cinco bateas que se habían llevado desde Cambados a Aguiño, puede hablarse de una facturación millonaria. "Pero eso no es lo que preocupa en este caso, sino la tardanza en actuar contra estos viveros ilegales".

Lo que sucede, en palabras de los propios bateeiros, es que el concesionario de esos cinco parques "rápidamente vio el beneficio, y lo que era una autorización provisional en 1987 se convirtió casi en algo definitivo, por eso presentó tantos recursos, para tratar de conservar las cinco bateas en Aguiño dedicándolas al mejillón".

Los bateeiros que se sienten perjudicados por el traslado original y el incumplimiento de la sentencia del Supremo argumentan ahora que "la ley no permite que sigan en Aguiño y el propietario tiene que volver a fondearlas en Cambados".

Así las cosas, tras conocer que la Consellería do Mar ya actuó y que requirió al concesionario para que traslade de nuevo las bateas, en el sector creen que "se trata de una buena noticia para todos, pues significa que no hay privilegiados o perjudicados". Los que así opinan indican que "en los últimos años se produjeron algunos agravios, pues se dieron otros casos, incluso menos graves, en los cuales se obligó al concesionario a actuar con la máxima rapidez, y mientras tanto estos cinco parques llevados desde Cambados a Ribeira hace un cuarto de siglo seguían produciendo mejillón libremente, a pesar de tener sentencias judiciales en contra".