La Comisión del Mejillón se reunió hace días en Vilagarcía, y ante una petición de explicaciones formulada por la Organización de Productores Mejilloneros de Galicia (Opmega), compareció la directora del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), Covadonga Salgado. Fue ella la encargada de explicar cómo evoluciona la implantación del método químico de control de biotoxinas marinas impuesto por la UE. Al término del encuentro, y tras escuchar esas explicaciones, la conclusión a la que llegaron los bateeiros es que "se trata de un método solo un poco más rápido que el anterior, pero resulta mucho más caro y no ofrece mayores garantías sanitarias que el bioensayo en ratón".

Así podría resumirse el sentir de buena parte de los participantes en la Comisión del Mejillón, entre los que hay algunos dirigentes bateeiros que apuntan que "el alto coste de las pruebas analíticas puede hacer que tarde o temprano traten de cobrarnos a nosotros ese desembolso".

Incluso consideran que "puede haber alguna empresa transformadora que se vea obligada a reducir los pedidos de mejillón para no hacer frente a tantos gastos analíticos, pues puede salirle más caro el análisis que una partida de producto".

De ser así, "después se verá que incluso los que se negaron a rechazar el método químico empiezan a tirarse de los pelos", advierten en el sector.

La comisión fue creada por la Consellería do Mar como órgano consultivo y herramienta con la que ofrecer mayor transparencia, haciendo que incluso se mantengan informados los bateeiros de base, "los de la ropa de aguas".

En su última reunión se habló largo y tendido sobre el nuevo sistema analítico, "y la directora de Intecmar –que declinó hacer declaraciones– nos explicó que se está implementando sin dificultades, una vez calibrada la máquina adquirida para poder realizar los análisis", relatan los mitilicultores.

Los que asistieron al encuentro celebrado en la sede de Intecmar –en Vilagarcía– y pidieron explicaciones, que no pueden dar su nombre porque lo que se trata en esa comisión es "secreto", señalan que un muestreo de lo que popularmente se conoce como marea roja puede realizarse en apenas nueve minutos.

Es el tiempo que se tarda en poner en marcha el mecanismo de control, y después hay que esperar, para conocer los resultados, alrededor de 20 horas, es decir, cuatro menos que lo que obliga a esperar el bioensayo, o lo que es lo mismo, el pinchazo de los ratones en los laboratorios para saber si las biotoxinas les afectan o no y si se mueren.

"Eso de adelantar el resultado en cuatro horas es positivo", señalan los bateeiros, "pero aunque algunos en nuestro sector quieren quedarse solo con esa lectura, también hay que decir que no es tan positivo que cada muestra cueste 900 euros, porque habrá depuradoras que tengan que pagar por los análisis más de lo que les cuesta el mejillón", advierten.

Otros bateeiros consultados sentencian que "se ahorran cuatro horas si todo marcha bien en el proceso, pero el método químico no ofrece más garantías que el bioensayo". Hay, incluso, quien va más lejos para señalar que "si el ratón inyectado con una muestra no muere en menos de 24 horas significa que no hay toxina en el polígono o batea del que se sacó la muestra, pero sin embargo puede dar positivo en el método químico".

Lo que quieren decir es que "con la máquina para el control químico se detectan unos índices más bajos que los marcados con el bioensayo en ratón, lo cual, indirectamente, supone una bajada de los niveles de control y, por tanto, va a desencadenar un aumento de los cierres de bateas por marea roja, que es lo que una parte del sector denunció siempre".

En este sentido, manifiestan que "incluso algunos que aseguraron siempre que el nuevo método no iba a bajar niveles, y por tanto apoyaron o consintieron su implantación, ahora ya no lo quieren ver delante y reconocen que no ofrece mayores garantías, pero sí trae más problemas".

Para terminar, argumentan que "aún está por ver la fiabilidad y comportamiento del sistema químico cuando se produzca un episodio fuerte de marea roja en Galicia y coincidan a la vez diferentes tipos de biotoxinas... no vaya a ser –ironizan los bateeiros– que después este sistema nuevo ya no resulte tan rápido y eficaz y que provoque el cierre total de las rías de buenas a primeras".