Prácticamente el 100% de los estudiantes de bachillerato y un porcentaje bastante elevado de los de los cursos más avanzados de la ESO secundaron el paro convocado ayer a nivel estatal por el Sindicato de Estudiantes en los institutos de las comarcas de O Salnés y Ullán. Los alumnos abandonaron por un día su dinámica lectiva para llamar la atención y mostrar su desacuerdo con las políticas de recorte de recursos y fondos a la educación pública.

Aunque los apoyos no fueron idénticos en todos los centros, en los municipios arousanos más del 90% de los estudiantes de bachillerato no asistieron ayer a clase. El Fermín Bouza Brey, en donde la dirección ha situado los apoyos al paro en el entorno del 40% para los bachilleratos y en un 30% para los cursos de secundaria, es la excepción, aunque en este caso el seguimiento de la huelga se elevó hasta el 99% en los ciclos formativos. También destaca el caso del instituto de A Illa de Arousa, donde el seguimiento "fue mínimo".

En centros como el de Carril, en Vilagarcía, el de A Basella, en Vilanova de Arousa, o el de Monte da Vila, en O Grove, ni un solo alumno se sentaba ayer en las aulas de bachillerato, pues absolutamente todos optaron por secundar la protesta a favor de una educación pública de calidad.

En otros centros, como los cambadeses Ramón Cabanillas y Francisco Asorey, o en el de Valga, algún despistado se dejó ver por clase, aunque con uno o dos estudiantes por grupo, el absentismo reivindicativo en los bachilleres de estos centros también rondó el pleno.

Si los jóvenes que se encuentran a las puertas de la universidad dieron ayer un impecable ejemplo de su capacidad para movilizarse y exigir sus derechos, esa iniciativa quedó más diluida entre el alumnado más joven. Las aulas de 1º y 2º de la ESO estuvieron completas en prácticamente todos los institutos de O Salnés y Ullán. En este caso la excepción fue Carril, que ayer no consiguió ni un solo parte de asistencia libre de faltas.

En los terceros y cuartos de secundaria, sin embargo, el respaldo a la jornada de protesta fue más elevado, y en centros como A Basella y Monte da Vila también alcanzó el 100%. En otros, como el grovense de As Bizocas, se quedó en el 50%.

Debido a que los alumnos de la ESO debían contar con consentimiento paterno para secundar el paro, en centros como el Ramón Cabanillas los profesores se encargaron de telefonear a las familias de los que no asistieron a las aulas para comprobar que sus padres conocían la ausencia. No obstante, en este instituto únicamente un 15%, aproximadamente, de los estudiantes de los cursos más bajos hizo huelga.