La pareja de burros fariñeiros (Equus asinus) adquirida por el Concello de O Grove para contribuir a la preservación de la especie y a la potenciación turística y ecológica de A Toxa ya están en la isla.

Los pollinos recalaron ayer en el territorio insular, donde hoy, a mediodía, tiene lugar un acto protocolario de inauguración o presentación de este proyecto, "pionero en el ámbito de conservación de la naturaleza por parte del Concello".

El saber hacer literario de Emilia Pardo Bazán hizo grande la leyenda de un burro moribundo que se recuperó casi milagrosamente después de que su dueño lo soltara en A Toxa para dejarlo morir en paz. Pero se salvó, cuenta la historia, porque retozó en los fangos termales y bebió de las aguas mineromedicinales de la emblemática isla.

Lo que se hace ahora, en cierto modo, es refrescar aquella historia y brindar a los visitantes la posibilidad de familiarizarse con los asnos de A Toxa y sumergirse en el pasado de esta isla conocida por sus propiedades balneoterapéuticas.

Pero lo que se busca, y este es el origen del proyecto financiado por la Consellería de Medio Ambiente con alrededor de 30.000 euros, es contribuir al mantenimiento de esta especie de burros que antaño colaboraron intensamente con los gallegos en las labores de molienda y traslado de la harina, entre otras muchas ayudas para la carga.

Alfredo Bea, el concejal delegado de Medio Ambiente, es el gran artífice de esta iniciativa que hoy alcanza su momento culminante con la presentación en sociedad de los dos burros, que como queda dicho están desde ayer en su nuevo, espacioso y cómodo emplazamiento.

Se trata de Con do Vecho, un terreno municipal de unos 12.000 metros cuadrados que, a su vez, se integra en la parcela pública Monte Central, de 210.000 metros cuadrados.

Con un gran cierre perimetral hecho en madera y un establo con el mismo acabado, Con do Vecho se convierte en un aula didáctica de la que van a poder disfrutar los vecinos grovenses y los turistas en general, pero de manera muy especial los niños. Y es que se desarrollan ya unidades didácticas mediante las cuales se propicia la implicación de los centros de enseñanza, para que los escolares puedan familiarizarse con el burro fariñeiro, conocer sus orígenes y entender todo lo que representó en el rural gallego a lo largo de la historia.

La isla de A Toxa, donde grandes fortunas tienen su segunda residencia y donde se sitúan algunos de los establecimientos hoteleros y balneoterapéuticos más importantes y conocidos de España, también es desde ahora un punto de referencia para la cría y recuperación del Equus asinus.

Es así para satisfacción de la asociación de ámbito gallego dedicada a la protección de esta especie –una entidad que ya felicitó por esta iniciativa al Concello–, y sobre todo es motivo de orgullo para Alfredo Bea, que ya apostó por este proyecto cuando formaba parte del anterior gobierno, en el cual parece que fue el único que creyó en la idea, a juzgar por las críticas posteriores de los que eran sus socios.

Ahora, integrado en el nuevo gobierno grovense, el del conservador Miguel Pérez, Alfredo Bea comprueba cómo se hace realidad otra de sus grandes propuestas para la revitalización pública de la isla de A Toxa.