La empresa Inprocar de Carril, dedicada a la producción de semilla de almeja, y la Agrupación de Productores de Parques de Cultivo de Carril se muestran contrariados por lo que ellos consideran un "agravio comparativo" por parte de la Xunta de Galicia. Según ellos, mientras en Xove, Pescanova logró que se revisase la situación medioambiental de la zona para que pudiera seguir adelante con su actividad de cría de pescado, Inprocar anuncia que se ve "abocada al cierre" porque, según José Luis Villanueva, gerente de la firma, el director xeral de Innovación, Juan Maneiro, rechazó hacer lo propio en el caso de sus instalaciones en A Graña, Ribeira.

Villanueva asegura que en las cercanías de la nave de Inprocar en la localidad de O Barbanza, se congregan varias factorías "contaminantes" que fueron "cambiando su actividad" posteriormente a su llegada. Una de ellas, Barrañamar, tuvo al director xeral como gerente hace cuatro años y ahora, según el responsable de Inprocar, "se resiste a adoptar medidas legales" contra su ex empresa.

A Graña fue elegida como espacio protegido por la Red Natura 2000 y es "idóneo para la cría de almeja genuinamente gallega".

Desde la llegada de estas empresas que, según Inprocar generan contaminación en la zona, la firma ha puesto "innumerables denuncias" ante la Consellería de Pesca, hoy, do Mar, todas ellas "infructuosas". La empresa dice que además ha gastado "grandes sumas de dinero en medidas de protección ante la contaminación", que, añaden, "han sido insuficientes".

Ahora, ya con Maneiro como responsable de la inspección de las factorías que pueden contaminar el mar, Villanueva critica que "no ha puesto el acento en sancionarlas o cerrarlas, sino en convencer a Inprocar para que se dotase de una mayor tecnología para protegerse de la contaminación denunciada".

Situación crítica

Ante la "carencia de la empresa de recursos económicos", Maneiro indicó a Inprocar "el camino del Igape" para obtener un crédito público. Mar forma parte del comité decisorio de este organismo pero, a pesar de ello, "el crédito nos ha sido denegado y ahora nos vemos abocados al cierre, dado que la cría de almejas es inviable en aguas contaminadas".

José Luis Villanueva lamenta que mientras en Europa se lleva el lema "paga quien contamina", aquí sea su empresa, totalmente ecológica, la que tenga que desembolsar un dinero del que carece para prevenir los efectos de la actividad contaminante generada externamente.

El gerente también se pregunta si debería ser el Igape, con fondos públicos, el que debería llevar a cabo esta labor de prevención y no quienes realmente producen efectos nocivos para el medio ambiente.

Como "a diferencia de Pescanova, Inprocar no tiene recursos", la firma descarta tomar medidas legales contra la Xunta.

Si se consuma su cierre, Villanueva vería un ejemplo de cómo se pierde una fórmula de producción de almeja con trazabilidad plenamente gallega, mientras la Consellería "no actúa con contundencia para atajar la contaminación y favorece la cría de producto procedente mayoritariamente de otros lugares de España, como Santander y, lo peor, llegada de otros países europeos, como Italia, Portugal, Francia, Reino Unido y Grecia, para terminar siendo finalmente las famosas almejas de Carril".