Dos mujeres fueron atacadas por un enjambre de avispas en una finca de la calle Paxareira de Pontecesures cuando una de ellas, la menor, de unos 25 años de edad, intentaba atajar por este terreno, recién limpiado. Sucedió alrededor de las 21 horas del pasado lunes, cuando la chica, vecina de la misma calle, tuvo la mala suerte de pisar un nido oculto en el suelo. Después de dar unos pocos pasos más, vio como una columna de avispas de considerables dimensiones la atacó, provocándole decenas de picaduras.

La madre, de unos 55 años de edad, fue en su ayuda al escuchar sus gritos, siendo alcanzada también por las picaduras de los insectos, aunque en menor medida.

Protección Civil fue alertada de lo sucedido, acudiendo a la zona para atender a las heridas y tratar de mitigar el peligro existente. Las dos mujeres atacadas fueron trasladadas al centro médico de Valga, donde pasaron una revisión para certificar que ambas estaban bien, a pesar del dolor producido por las picaduras, por lo que pudieron abandonar el consultorio por su propio pie y ya descansan en sus casas.

Los voluntarios tuvieron que hacerse cargo del enjambre, que según cuentan, alcanzaba cerca de dos metros de altura, prueba de la cantidad de avispas que acumulaba y del riesgo que corrían los vecinos de la zona. Los miembros de Protección Civil decidieron deshacerse del nido por seguridad y esperaron a que anocheciese para inundarlo y acabar así con la mayoría de las avispas, que cuando se pone el sol, explican, regresan a él.

No obstante, los voluntarios tampoco se libraron de ser el blanco de los insectos, que hicieron diana en sus cuerpos en varias ocasiones, aunque las picaduras tampoco revistieron especial gravedad en ninguno de los casos.

Después de inundar el nido, decidieron echarle tierra por encima, un nuevo intento de evitar nuevos ataques.

Pero con esto no fue suficiente, pues, según narran, al día siguiente todavía había bastantes avispas sueltas por la zona.

Así las cosas, a Protección Civil no le quedó más remedio que seguir vigilando el lugar durante todo el día de ayer.

A primera hora de la noche, 24 horas después del suceso que implicó a estas dos vecinas de la calle Paxareira, el cuerpo de voluntarios todavía iba a realizar una última ronda al lugar para tratar de eliminar cualquier rastro del avispero, pues seguía amenazando la seguridad de los residentes del lugar.

De todos modos, también especifican que, dado que se trata de una propiedad privada, no será necesario señalizar la zona ni continuar con las labores de rastreo de nuevos nidos, pues eso corre a cargo de los dueños del solar. Además, lógicamente, nadie puede cruzar por este terreno, a pesar de que sea un relativamente cómodo atajo que conecta dos calles del centro de Pontecesures.

Quien lo haga sabe que se expone a ser atacado por unos animales mucho más pequeños pero, está visto, casi tan peligrosos como el perro guardián más agresivo que proteja las fincas de la localidad del Ullán.

Cabe destacar que, aunque en esta ocasión no sucedió, las picaduras de avispas, al igual que las de las abejas, pueden dejar secuelas muy graves a los que las sufren, provocando en algunos casos hasta la muerte, con lo que se recomienda a todo el mundo permanecer lo más lejos posible de los lugares en donde habiten estos insectos.