El albariño Lagar de Rei, que embotella en Xil (Meaño) el bodeguero Ramón Domínguez Troncoso, obtuvo la "Vide de Ouro", es decir, el primer premio del XIV Encontro do Viño de Autor que se celebró en la localidad meañesa durante el largo fin de semana, y que abre las fiestas que rinden culto al albariño cada verano, que continúan ahora en Cambados y después, en Vilagarcía.

No es un premio ajeno a la marca, pues ya cosechó esta mención en el año 2007, y además suma la "Vide de Bronce" en los ediciones de 2004, 2009 y 2010, premios que están asentando a este caldo meañés en una línea de regularidad dentro de la calidad que se traduce ya en su excelente acogida en el mercado.

Por su parte, el bodeguero de Dena Fernando Meis se quedó un año más a las puertas del máximo galardón, por cuanto su albariño "O Forrollo", tal y como ocurrió en 2009 y 2010, obtuvo la "Vide de Prata", mientras que el premio de bronce fue para "O Avó Roxo", de Xil.

El alcalde, Jorge Domínguez, junto con su mano derecha Lourdes Ucha y el presidente de los bodegueros artesanos, Francisco Dovalo, hicieron entrega de estos premios en un acto discreto anunciado para las 22 horas del lunes pero que se demoró hasta casi la medianoche.

En él se hizo también entrega de diplomas a las once bodegas que concurrieron y a diversos colaboradores del evento, además de repartirse los premios del "IV Torneo de Fondar Barriles", que ganó el vecino de Simes Manuel Lamelas (125 euros), vinculado al albariño "Uvas de Ouro".

Mucho público

El Encontro co Viño de Autor se saldó con un gran éxito de público prácticamente desde la primera jornada.

La crisis, que en principio hacía sembrar dudas en los organizadores en cuanto a afluencia y ventas bajo la carpa, fue sorteada con éxito, hasta el punto de que los bodegueros hablaban ayer de "afluencia de gente sin precedentes".

"Nos quedamos sorprendidos de la respuesta del público –asegura Eulogio Gondar–, que superó con creces lo que habíamos previsto, con mucha gente de fuera interesada en conocer nuestros vinos, lo que demuestra que vamos por buen camino".

"Creo que todos estamos más que satisfechos –matizaba José Pintos–, no ya por la mucha gente que vino, sino también porque estos días sirvieron a más de uno para cerrar operaciones comerciales importantes."

El propio Pintos reconocía que el último día un cliente almeriense "probó el vino, le gustó y me hizo un pedido de 20 cajas para iniciar su distribución en Roquetas de Mar." Lo que no ha trascendido hasta ahora es la cifra exacta de botellas vendidas, pero quizás fueron 3.000.