Bodegueros y viticultores casi ni se creen lo bien que les están saliendo las cosas. Este año todo parece funcionar a pedir de boca, y si hace días vaticinaban una cosecha récord, las últimas lluvias han servido para acentuar ese optimismo.

Como avanzó FARO la semana pasada, los productores esgrimen que está resultando "un año fantástico", pues el clima soleado y la ausencia de lluvias en primavera hicieron que las plagas no afectaran a los viñedos, que la cosecha se adelantara y, en definitiva, que las cepas estén repletas de uva. "Hai viño ata nas silveiras", decía de manera muy gráfica un pequeño viticultor.

Cuando fueron preguntados sobre las previsiones de vendimia, todos coincidían en que va a recogerse más uva que nunca –el año pasado fueron 32 millones de kilos–, y algunos bodegueros incluso apuntaban que la Denominación de Origen Rías Baixas puede llegar a los 40 millones de kilos.

Las mismas fuentes indicaban que solo se necesitaba un poco de lluvia, para hidratar la uva. Y resulta que también en eso han tenido suerte, pues desde que lo dijeron resulta que ha estado lloviendo lo suficiente como para "empapar la tierra y dar de beber a las plantas, lo cual va a hidratar la uva y reducir la acidez, y esto supone que ahora más que nunca podemos decir que estamos ante una cosecha histórica", reiteraba ayer Isidoro Serantes, gerente de la bodega Bouza do Rei.

"Las cosas no podían salir mejor, y creo que si todos planificáramos los días de sol y de lluvia no lo haríamos mejor, por eso debemos estar francamente contentos y esperanzados, pues si nada lo remedia en el último memento, a finales de agosto va a comenzar una vendimia extraordinaria y vamos a obtener una uva y un vino excelente", sentencia Isidoro Serantes.

Otros bodegueros consultados recalcan que "es la mejor campaña que se podía pedir, y desde luego, la mejor que nos podíamos imaginar en toda la historia del sector".

Mientras los vitivinicultores hacen sus previsiones, los técnicos de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro, dependiente de la Diputación de Pontevedra, confirman la ausencia casi absoluta de enfermedades o afecciones en los viñedos.

Incendios forestales

Ni que decir tiene que esas precipitaciones de los últimos días que tanto bien hicieron al viñedo sirvieron, igualmente, para poner coto a los incendios forestales que con tanta intensidad empezaban a asolar a la comarca de O Salnés y al Ullán.

El problema que plantea la existencia de gran cantidad de maleza sigue latente, y de nuevo quedará en evidencia cuando el sol vuelva a secar esos rastrojos, pero al menos las lluvias dieron una tregua a los arousanos y a los equipos de emergencia.