Miguel Ángel Pérez García, líder del PP de O Grove, es desde ayer el nuevo alcalde de la localidad. La sesión de investidura transcurrió según lo pactado apenas 24 horas antes. El concejal galeguista Alfredo Bea y la concejala independiente Aida Filgueira dieron su voto a Pérez, y dado que el PP había conseguido en las urnas siete actas de concejal, sumó la mayoría suficiente –9 en una corporación de 17– para superar la investidura.

Ahora se abre una nueva etapa, la cual va a estar liderada por un tripartito que, sin duda, va a tener que afrontar infinidad de dificultades, tal y como reconocía el propio Pérez durante su discurso de investidura y tanto antes como después de la sesión, cuando ofreció lealtad, estabilidad, trabajo y sacrificio "pasar sacar adelante este barco de todos los grovenses".

El alcalde vaticina "un camino largo, a veces difícil, pero también apasionante y cargado de ilusión para defender los intereses de todos los grovenses".

Sabe que la coyuntura económica actual tampoco ayuda, "pero hay muchos objetivos por conseguir, los cuales todos deseamos y por los que vamos a luchar con fuerza", por eso confía en que al final de esta nueva etapa "todos podamos sentirnos orgullosos y satisfechos por el trabajo realizado".

No se olvidó Pérez de hacer un guiño a sus rivales y a quienes puedas cuestionar el nuevo pacto de gobierno –que en realidad tampoco difiere mucho del de 2007–. Les dijo que "las elecciones del 22-M fueron el exponente máximo de la democracia", y tanto las negociaciones posteriores como la composición actual del gobierno son la "consecuencia" de aquellos comicios.

De este modo quiso dejar claro que lidera un gobierno totalmente legitimado y democrático que va a intentar safisfacer a todos los vecinos, y aunque insistió en que las dificultades económicas pueden ser importantes, Miguel Pérez aseguró que él y su gobierno van a ser "ambiciosos", y no solo van a luchar por conseguir las infraestructuras que O Grove necesita y que todos conocen, sino que este tripartito también se va a "volcar" con "las personas y las familias".

Agradecido a todos los que lo votaron, y lógicamente a sus socios de gobierno, un por momentos emocionado Miguel Pérez quiso curar viejas heridas y tuvo palabras de reconocimiento para el gobierno saliente, es decir, para la nueva oposición municipal.

Animó al PSOE, al BNG y a Esquerda Unida a trabajar y, sobre todo, a colaborar, mostrándose convencido de que el regidor saliente y su equipo habían actuado para conseguir "lo mejor para los vecinos".

Ese talante de Pérez en el discurso de investidura tiene poco que ver con las declaraciones del alcalde saliente una vez finalizada la sesión. El socialista José Cacabelos Rico aseguró que "este gobierno es un tripartito falaz, y lo es porque Miguel Pérez, el nuevo alcalde, siempre estuvo en contra de este tipo de pactos y siempre los repudió".

Cacabelos llegó incluso a decir que el líder del PP "sabía que no iba a necesitar a Aida Filgueira (AMeca) ni a Alfredo Bea (Partido Galeguista) porque yo no iba a tener apoyos suficientes y él iba a poder gobernar igualmente por ser la lista más votada, pero aún así se prestó a este cambalache".

Muy dolido, quizás porque el cambio de papeles está aún demasiado fresco, Cacabelos se olvida de lo que había hecho él hace cuatro años –pues llegó al poder también a través de un pacto– y señala que "también es un tripartito falaz porque Alfredo Bea no se fía de Miguel Pérez, del que dijo siempre que huele a corrupto, y además es una coalición falaz porque Aida Filgueira siempre dijo que no permitiría un gobierno del PP, y además está enfrentada con Alfredo Bea y con Víctor Otero Prol (el asesor de Bea en Seguridad Ciudadana)".

En resumen, que la "fiesta de la democracia" que también es la sesión de investidura "no fue más que la constatación de que este gobierno se mueve por intereses privados y no le importa lo más mínimo el futuro de O Grove, pues se trata de un tripartito hecho a base de mentiras", siempre según Cacabelos. Aprovechó, también, para agradecer el apoyo del BNG y de Esquerda Unida, volvió a asegurar que si AMeca no pactó con él "fue porque nos plantamos y no quisimos participar en cambalaches ni mercadeos" y, por último, el alcalde saliente aseguró que él y su grupo van a liderar la oposición municipal "de una forma digna y respetuosa".

Al margen de estos comentarios, que se produjeron en la plaza de O Corgo, a la salida de la sesión de investidura, hay que indicar que la toma de posesión de los nuevos munícipes se hizo con normalidad absoluta.