El Consello Regulador da Denominación de Orixe Protexida (DOP) Mexillón de Galicia, presidido por Francisco Alcalde, presentó ayer unas cifras que revisan al alza todos los datos conocidos sobre el sector y lo sitúan en un momento de bonanza y expansión, pues el citado órgano asegura que el molusco genera ya 20.000 empleos y produce unos ingresos de 400 millones de euros.

Las cifras que maneja el Consello son sorprendentes e inesperadas, y de ser ciertas solo pueden calificarse de enormemente positivas. Hay que tener en cuenta que hasta ahora siempre se dijo, y la web del propio Consello así lo refleja –al menos hasta ayer–, que el sector genera "unos 11.500 puestos de trabajo directos y 7.000 indirectos, con un volumen de facturación anual que oscila entre los 120 y los 150 millones de euros en primera venta".

Pero, como queda dicho, ahora serían 20.000 empleos y 400 millones de euros, siempre según el Consello. Son fruto del trabajo de "unas 2.400 familias que dependen del cultivo de mejillón, una actividad productiva que sustenta todo un sector fundamental para la economía de Galicia, y sobre todo para las rías de las provincias de Pontevedra y A Coruña".

De este modo el órgano que preside Francisco Alcalde, que representa al 30% de las bateas gallegas, da un giro inesperado a los argumentos manejados hasta ahora por algunos dirigentes que hablaban de crisis, pérdidas y precios del molusco anclados en décadas pasadas. Muy por el contrario, el Consello Regulador Mexillón de Galicia, con sede en Vilagarcía, presenta los mejores datos de la historia del sector, y de paso alude a cuestiones ya conocidas en relación con el sistema de cultivo empleado, la riqueza de las rías y demás.

En el comunicado difundido ayer por el Consello se matiza, igualmente, que hacen públicos estos datos tan positivos sobre el sector "para apuntalar la implantación y notoriedad de la DOP Mejillón de Galicia, que en el último año certificó en los puertos de Galicia más de 11 millones de kilos de producto", mientras que el total de la comunidad autónoma, es decir, el mejillón que se comercializa con o sin marca de calidad, oscila entre los 240 millones y los 300 millones de kilos anuales.

En el Consello se refieren así a la misma DOP cuyo reglamento propusieron modificar en la Xunta, pues recuerdan que el original fue anulado por el Tribunal Superior de Xusticia de Galicia (TSXG). Además, en la Administración autonómica advierten de que la empresa encargada de certificar la calidad del mejillón con DOP no está acreditada para ello.

Sea como fuere, Francisco Alcalde y su equipo sostienen que "hay que lanzar un mensaje positivo" sobre los bateeiros gallegos, por eso insisten ahora en que el sector facturó el año pasado 400 millones de euros, frente a los 150 millones que solía facturar en primera venta en años previos.

El Consello alude, también, al informe elaborado hace más de una década por la Escola de Negocios Caixanova, en el cual se explica que la población gallega ocupada en el sector bateeiro representa casi el 20% de la población activa en las comarcas productoras, a lo que añaden que "en municipios como O Grove o A Illa el porcentaje supera el 40%".

Estos datos, hay que insistir, se refieren al estudio efectuado hace más de una década, y señalan también que "en Rianxo más del 30% de la población activa se dedica a este sector, en Boiro se aproxima al 25% y en los Concellos de Cambados, Vilanova, Moaña y A Pobra son más del 15% los trabajadores que se dedican al mundo del mejillón".

Con esos datos en la mano, y al tiempo que alude a otros informes ya conocidos, como por ejemplo el de la FAO que considera a las rías gallegas como el principal depósito de fitoplancton del planeta, lo que hace el Consello es reivindicar el protagonismo de "más de 3.300 bateas construidas por empresas gallegas y una flota de más de mil embarcaciones auxiliares que explican la presencia en tierra de astilleros, centros de reparación, firmas cordeleras" y otras industrias.

El equipo de Francisco Alcalde alude igualmente a un informe de la Unesco que "dice que las aguas de Galicia son las más controladas del mundo".