El alcalde de Cambados, el popular Luis Aragunde se comprometió ayer con los trabajadores de la conservera Carson a gestionar una reunión con la conselleira de Mar, Rosa Quintana, y de Industria, Javier Guerra al objeto de reflotar la empresa, paralizada debido a la situación de quiebra en que se halla.

Alrededor de 40 empleados de la fábrica que regentan María del Carmen Carballo y su marido, Carlos Gándara Otero acudieron en la mañana de ayer al Consistorio con la idea de obtener el respaldo del máximo mandatario municipal con el fin de mantener una empresa que durante muchos años ha logrado beneficios.

En estos momentos, todos los trabajadores se encuentran inactivos salvo cinco empleados de mantenimiento que siguen yendo a sus puestos de trabajo.

La situación de Carson es en estos momentos extremadamente complicada, como reconocen los trabajadores, quienes recuerdan que sobre los bienes de la firma está anotado un embargo preventivo por parte de la asociación de mejilloneros Virxe do Rosario y que afecta a la fábrica, varias fincas y una casa que estaban a nombre de la firma.

Pero a la vez, Virxe do Rosario interpuso una querella contra los dueños de la conservera por presunto intento de "alzamiento de bienes" ya que tienen constancia de que supuestamente habían negociado la venta de activos cuando existía previa anotación de embargo preventivo.

De estos detalles pusieron al día a Luis Aragunde los representantes de los trabajadores con el fin de que medie en la resolución ante las autoridades de la Xunta competentes.

Los propios trabajadores indicaron al alcalde que solo piden a la Xunta que se implique de un modo similar a otros procesos con conserveras quebradas como Alfageme o Guau que también estuvieron en la misma situación y ahora encuentran una luz al final del túnel.

Aragunde se brindó a respaldar sus reivindicaciones, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que se trata de una empresa que daba trabajo a una mayoría de mujeres y porque se encuentra ubicada en la propia localidad.

A la cita de ayer acudió la práctica totalidad de la plantilla que se encuentra en situación de desamparo legal debido a que la empresa ni tiene actividad ni tampoco hace frente a los salarios. Luis Aragunde también se comprometió a comprobar la situación de la empresa, con el fin de conocer cuáles son sus bienes y si son suficientes para hacer frente al pago a los acreedores y a la vez saldar la deuda laboral, aunque lo importante es su futura reactivación.