Las camelias son las protagonistas de este fin de semana en Rubiáns. El lugar vilagarciano celebra la tercera edición de su feria-exposición dedicada a una flor que, por uno u otro motivo, está presente en los jardines de un importante número de viviendas. Más allá de gustos personales, la afición por esta especie floral está revestida de historia, pues dicen los expertos que las primeras camelias llegaron a Galicia, precisamente, a través de Rubiáns. Esto habría sucedido en 1850, y desde entonces la población local no ha perdido el gusto por una flor ligada a edificaciones como el Pazo de Rubiáns o la Casa dos Fontán.

El paso del tiempo y el desuso no han mermado la elegancia y grandiosidad del pazo de Rubiáns, que unos dos siglos después de su construcción continúa presidiendo la finca que lo rodea desde lo alto de su escalinata. La edificación fue en tiempos vivienda del marqués de Rubiáns, cuya familia fue responsable de la creación de un burgo marinero y uno de los tres señoríos reconocidos oficialmente en España, según datos recabados por la Xunta de Galicia.

Las primeras camelias llegaron a la localidad, según esas mismas fuentes, después de un viaje del marqués a Portugal, del que habría vuelto con varios ejemplares de esta flor, regalo de los duques de Caminha.

La importancia histórica del pazo de Rubiáns y la variedad y calidad de los tipos de camelias que pueden verse en sus jardines han hecho que la propiedad se incluya en la "Ruta da Camelia", que incluye lugares de interés turístico, artístico e histórico de toda Galicia, como el pazo de Saleta, en Meis, el de Quinteiro da Cruz, en Ribadumia, u otros más apartados, como el de Quiñones de León y el de Castro, en Vigo, o el de Lourizán, en Pontevedra.

Alrededor del pazo de Rubiáns se extiende una finca de cuarenta hectáreas que, más allá de su jardín, albergan actualmente una plantación de uva albariña y una zona de arboleda.

El jardinero francés Martin Dorgambide planificó en la segunda mitad del siglo XIX el diseño de la vegetación que hoy continúa creciendo en esa propiedad, a la que un pequeño laberinto de setos da la bienvenida. Éste fue construido en 1930 por la marquesa viuda de Aranda, Dolores Urcola, y todavía hoy su estado de conservación es más que bueno.

El jardín del Pazo de Rubiáns alberga quince tipos diferentes de camelias, algunos de proporciones que parecen querer rivalizar con el propio edificio.

Además, en la propiedad crecen majestuosos ejemplares de árboles incluidos en los catálogos de "Árboles Monumentales de Galicia" y de "Árbores Senlleiras de Galicia", así como otros considerados de interés.

Aunque actualmente el valor atribuido a los eucaliptos dista mucho de consideraciones culturales o patrimoniales, lo cierto es que en el jardín del pazo crecen algunos de los ejemplares más antiguos de toda Galicia, como un eucalyptus globulus y un eucalyptus piperita cuyas espectaculares dimensiones han conseguido que se les incluya en los listados anteriormente mencionados.

Junto al pazo se conserva todavía el "estanque de ranas" que comenzó a construirse en 1764, y en el que aún es posible apreciar la singularidad de su pérgola y de su glorieta emparrada. Además, junto al pazo continúa alzándose, impoluta, una capilla en la que descansan los restos de los primeros propietarios de la finca. También la vaquería, la casa del casero, el palomar y el crucero se conservan, diseminados por la parcela, como en sus mejores tiempos.

Este domingo, día 20, a partir de las 17.30, los que lo deseen tendrán la oportunidad de dar un paseo por unos senderos que probablemente consigan transportar a más de uno a los orígenes de la actual Vilagarcía.

En el programa de la feria-exposición se incluye una visita guiada por una propiedad íntimamente ligada a la memoria colectiva local y, más aún, a la implantación en la zona de las camelias, que a través de los siglos se han adaptado a la climatología y al gusto local y han sido capaces de hacerse un hueco en los jardines que pueblan el municipio.