La Pousada de Meaño será una "bodega-hotel" accesible para personas con discapacidad, y su presupuesto es de 2.750.000 euros. Así lo desvelan el presidente provincial, Rafael Louzán, el alcalde de Meaño, Jorge Domínguez, y el arquitecto Mario Crecente, que presentaron el proyecto ayer en Pontevedra. Su principal particularidad es que conjuga los mundos del vino y de la sal con una recepción en forma de tonel.

La Diputación acaba de darle el visto bueno al expediente de la Pousada, que ocupa una parcela de 15.000 metros cuadrados en el lugar de Outeiro –parroquia de Cobas–, si bien el edificio en sí es de 2.146 metros cuadrados. Consta de 24 habitaciones –21 dobles y tres suites adaptables– y el plazo de ejecución es de un año así como se adjudique la obra.

El proyecto se contrató mediante un concurso de ideas que ganó Mario Crecente –del despacho Crecente Asociados–, un arquitecto que participó en los procesos de rehabilitación turística del complejo de Mondariz, del monasterio de San Estevo de Ribas de Sil, y también fue subdirector general de Turismo de la Xunta de Galicia.

Bajo el epígrafe "Salinari", el futuro edificio estará íntimamente ligado a la cultura local, en la que la protagonista es la tradición vitivinícola, con la presencia de una gran cantidad de bodegas, furanchos y viñas; con el paisaje; y con el patrimonio de molinos e iglesias de la zona. "Será una especie de bodega-hotel en la que el verdadero lujo será el paisaje", apunta Mario Crecente.

El volumen más singular de la Pousada será la recepción, en forma de tonel. "Tanto su forma cilíndrica como su cierre en madera son una interpretación tanto de los barriles para el almacenamiento del vino que forman parte de la cultura de la zona, como de los toneles de salazón utilizados en las salinas que dieron origen a la comarca de O Salnés". El resto del hotel se fragmenta en varios volúmenes organizados en bancales conectados entre sí.

Otra de sus características es que el edificio está adaptado a la orografía de la parcela para que el volumen no sobresalga del terreno y minimizar así el impacto visual. En el exterior hay una piscina, un spa, varias áreas de cultivo y jardines ornamentales, emparrados y hasta un teatro al aire libre, todo ello sin barreras arquitectónicas.