La fiebre vence a la alcaldesa de Vilagarcía. Al día siguiente de haber rubricado la reorganización de responsabilidades en el gobierno local impuesta por su partido, Dolores García se ha ausentado de Ravella y delegó en el teniente de alcalde nacionalista, Xosé Castro Ratón.

El motivo oficial, según ha asegurado tanto el portavoz socialista, José Membrives, como Álvaro Carou, que pronto será concejal, es una gripe que arrastra desde el fin de semana. Aseguran que no se trata de una excusa ni de una rabieta tras haberle impuesto el partido la reestructuración municipal.

Tras una dura semana en la que el grupo municipal socialista se ha sumido en debates y valoraciones para decidir qué hacer con las responsabilidades abandonadas por Marcelino Abuín, los virus invernales han podido con las defensas de la alcaldesa, que ha decidido darse unos días de descanso y no acudir a Ravella hasta que consiga restablecerse y recuperar la salud.

Dolores García no acudió ayer a su despacho, en un día muy ajetreado por la reorganización y en la que hubo reuniones en varios departamentos municipales, entre ellos el de Xestión do Territorio y Obras.

Si bien José Membrives ha confirmado que Castro Ratón se encargó ya ayer de llenar el vacío de poder en Ravella, el portavoz del grupo municipal socialista no se ha atrevido a aventurar la posible duración de esta situación. Aún así, ha indicado que, a su entender, la reincorporación de la alcaldesa podría ser cuestión de unos cuantos días, lo normal en un proceso catarral de este tipo.

El que está llamado a convertirse en concejal de Formación e Emprego y de Sanidade, Álvaro Carou, también ha confirmado el constipado de Dolores García que, según las explicaciones del secretario de organización de los socialistas vilagarcianos, ya estaba enferma el viernes, cuando el grupo municipal se reunió con Modesto Pose para decidir la reestructuración del Concello.

Hasta que la jefa del gobierno local se recupere y se reincorpore a su cargo al frente del Concello, Xosé Castro Ratón tendrá que compaginar sus ocupaciones como concejal de Cultura y teniente de alcalde con las responsabilidades de la Alcaldía para permitir que el trabajo no se acumule. Ayer, el mandatario en funciones no respondió a las llamadas de este periódico.

La convalecencia de Dolores García llega tan solo un día después de que firmase la entrega de la Concejalía de Xestión do Territorio a Tania García y de la de Medio Ambiente a Susana Camiño.

La retirada de Marcelino Abuín de la vida municipal ha evidenciado en los últimos días las diferentes opiniones y criterios existentes en el seno del PSOE local y, más aún, en el propio grupo municipal.

Pese a que Dolores García se postuló como candidata a continuar los proyectos dejados por Abuín después de que la polémica surgida por el derribo de los bancos de azulejo de Ravella forzase la dimisión del edil, la oferta de la alcaldesa no fue bien recibida por sus compañeros de la ejecutiva socialista que impusieron los nuevos cargos.

La proximidad de las elecciones municipales ha sido tenida muy en cuenta por los socialistas en la reorganización del gobierno municipal pues, como reconocía Victoria Hierro, "es lógico visibilizar el trabajo de quienes van a pedir su voto a los ciudadanos".

A escasos cuatro meses de las comicios, los socialistas tampoco han pasado por alto el descrédito público en el que ha dejado a la regidora su apoyo explícito a la gestión realizada por el que hasta hace escasos días era concejal de Xestión do Territorio.

En el último pleno, celebrado el 30 de diciembre, se vivieron tensas escenas cuando los ciudadanos que asistieron a la sesión para exigir la reconstrucción de los bancos del jardín de Ravella abuchearon a la alcaldesa impidiéndole hablar y llegando incluso a pedirle que dimitiese.

Las declaraciones de Dolores García, que el mismo día en el que su grupo votó a favor de las peticiones vecinales expresaba abiertamente su apoyo al proyecto diseñado por Isabel Aguirre, han sido percibidas por la comisión ciudadana como una falta de respeto.

Desde esa plataforma consideran una falta de respeto que una persona elegida por la población local para representar sus intereses asegure públicamente que su voto a favor de la voluntad vecinal responde únicamente a la necesidad de ajustarse al parecer mayoritario de sus compañeros de partido.