No es la primera vez que los comuneros se implican en los trabajos arqueológicos en el monte Lobeira. De hecho ellos fueron los promotores, en su día, de las excavaciones realizadas para sacar a la luz la fortaleza de Lobeira. Aquellos trabajos permitieron descubrir 25 metros de muralla y un gran aljibe en el que se recogía el agua de la lluvia para los moradores de la fortaleza. Aquello fue una primera fase de actuación, pero la financiación para continuar con ella ha motivado que se encuentren paralizadas. Los comuneros han recurrido a solicitar financiación a la Xunta, e incluso, a la Fundación Pedro Barrié de la Maza, pero o han recibido negativas o todavía no se les ha contestado. El proyecto de los comuneros pretende sacar a la luz todo lo que guarda Monte Lobeira y trata de descubrir si realmente existe bajo los restos de la muralla algún vestigio de un antiguo castro prerromano que se sospecha que existió en ese punto.

En el proyecto de excavación ha tenido mucho que ver el arqueólogo Vicente Caramés. Además de catalogar por primera vez el círculo lítico en 1991, también fue el encargado de proyectar una intervención arqueológica en las ruinas de la antigua fortaleza que perteneció a doña Urraca.

Además, él fue el encargado de catalogar gran parte de los secretos arqueológicos que guarda esta pequeña atalaya de tan solo 289 metros de altitud. En el mismo año que catalogó el círculo lítico, hizo lo mismo con los dos túmulos e identificó al menos cuatro yacimientos de acumulación de cerámica que se encuentran diseminados por la superficie del monte.

Lobeira también es un espacio natural y paisajístico espectacular. Su ubicación permite observar toda la ría de Arousa y gran parte del valle de O Salnés, tanto desde el Faro das Lúas como desde la cruz de Lobeira. Los comuneros se han esforzado, en ese aspecto, por reforestar todo el entorno con árboles autóctonos y eliminar las especies como el eucalipto.