El gobierno de O Grove, formado por el PSdeG-PSOE, BNG y Partido Galeguista (PG), lleva tiempo enfrentado con la Diputación, pero ahora, en cierto modo, le declara la guerra (política). Lo hace en relación con el proyecto para la construcción de una posada en el centro vacacional de A Lanzada, perteneciente al ente provincial y construido hace décadas a modo de sanatorio.

La estrategia diseñada por el Concello, que debe conceder la licencia municipal y no parece dispuesto a ello, es clara, y va a escenificarla en el pleno ordinario de mañana: Rechazar la posada argumentando que la venta que la propia Administración local realizó en 1963 fue ilegal.

Lo que quieren los progresistas mecos es anular aquella operación según la cual el Ayuntamiento de O Grove vendía los terrenos a la Diputación. Y al pretender la anulación de la venta lo que buscan es que el ente provincial se frene y evite convertir el centro vacacional en una de las Pousadas do Salnés.

La moción conjunta que los miembros del gobierno van a presentar mañana a pleno aparece firmada por el nacionalista Antón Mascato, que va a ejercer de portavoz en este asunto. En esa propuesta se asegura que "la venta de los terrenos del antiguo Sanatorio da Lanzada por parte del Concello a la Diputación, ratificada por acuerdo plenario de 14 de agosto de 1963, se produjo de forma ilegítima, siendo nula de pleno derecho".

Y si el tripartito lo considera así es, esgrime, porque "no intervinieron los vecinos –a los que consideran legítimos propietarios– ni recibieron más contraprestaciones que los usos públicos que la Diputación destinó a las sucesivas instalaciones y actividades allí desarrolladas", entre las que citan el campamento juvenil, albergue vacacional o, más recientemente, el desarrollo de la escuela comarcal de hostelería.

En aquella venta realizada hace más de medio siglo la Diputación de Pontevedra recibió 800.000 pesetas, y ahora el tripartito esgrime que aquel dinero "no revirtió en los vecinos de la parroquia y propietarios mancomunados de los terrenos, ni tampoco parece claro que el Concello recibiera las 100.000 pesetas anuales, durante ocho años, que contemplaba el acuerdo".

Con la tormenta política completamente desatada y las posturas irreconciliables de gobierno y oposición sobre la mesa, el pleno de mañana debe servir, supuestamente, para aprobar la propuesta, pues a los ocho concejales que suma el tripartito hay que añadir, al menos en teoría, el voto que debe darles el esquerdista Xan Lamelas, pues su formación se ha posicionado en contra de la posada.

A la espera de acontecimientos, puede decirse que lo que pide la iniciativa plenaria es, expresamente, que la Diputación renuncie a construir la Pousada da Lanzada –en la que pretende invertir 1,5 millones de euros–, que mantengan los usos públicos de los terrenos –y especialmente el campamento juvenil y la escuela de hostelería– e incluso que invierta en esa superficie para mejorar las actuales instalaciones y seguir impulsando el uso público de las mismas.

Por último, la parte dispositiva de la moción del gobierno meco profundiza en la estrategia política para reclamar al ente provincial "que no continúe en su línea de destinar fondos públicos para trabajos de recuperación del patrimonio etnográfico, arqueológico, deportivo y Cultural en otros Concellos de los alrededores mientras que en O Grove invierte en proyectos innecesarios y desleales, dejándonos al margen de las inversiones que tienen interés para toda la sociedad".

Con el respaldo de sus partidos políticos y un llamamiento claro y continuado a la movilización ciudadana, como hizo también ayer el diputado socialista Modesto Pose, el gobierno grovense pretende dar marcha atrás en lo que considera un "expediente de usurpación de terrenos" que habría impulsado el propio Ayuntamiento en los años sesenta para entregar al ente público aquellas instalaciones que nacieron como hospital para tuberculosos.

Ese centro se construyó después de que en 1927 se entregaran al Patronato del Sanatorio Antituberculoso 40 hectáreas de terreno en el monte denominado As Pedregueiras y su entorno, además de concederse el regato Barroqueiras para la obtención de agua potable con la que abastecer al propio sanatorio. La cesión se hizo en régimen de usufructo.