La Denominación de Origen (DO) Rías Baixas ha iniciado la vendimia 2010. Las primeras operaciones se realizan en la bodega Santiago Ruiz (Tomiño) desde el viernes –ya han recogido alrededor de 100.000 kilos– y el miércoles comenzaban en Viña Nora (As Neves). Pertenecen, respectivamente, a las subzonas productoras de O Rosal y O Condado, como cada año las más madrugadoras.

Este fin de semana van a sumarse a estas operaciones otras muchas bodegas de Rías Baixas –sobre todo las más pequeñas–, mientras que el grueso de la recolección va a comenzar a partir del 10, siempre en función de las condiciones meteorológicas.

La calidad de la uva es excelente, según todos los bodegueros y viticultores consultados. Y a esto se suman unas aceptables condiciones meteorológicas en los meses de julio y agosto. Esto, unido al buen trabajo fitopatológico realizado entre abril y junio para frenar los ataques de mildiu, y sumado también al incremento de plantaciones ya en edad productiva, hace que la vendimia comience en un ambiente de optimismo generalizado, hasta tal punto que se cree posible alcanzar e incluso superar la barrera de los 30 millones de kilos, algo que en la historia del Consello Regulador Rías Baixas solo ocurrió en 2006.

"La cosecha es buena y abundante, por lo que van a superarse fácilmente los 25 millones, y posiblemente se alcancen los 30 millones sin dificultad", explicaba ayer uno de los técnicos del Consello Regulador.

Con cerca de 7.000 viticultores, casi 200 bodegas y una superficie aproximada de 4.000 hectáreas, Rías Baixas es una de las denominaciones más importantes de España, y desde luego la más representativa de Galicia, con su vino albariño como tarjeta de presentación.

De ahí la importancia de un momento como el actual, cuando el viñedo y las bodegas se sumergen de lleno en una vendimia tan madrugadora como la de hace cuatro años que solo puede estropear la llegada de unas lluvias intensas que nadie desea si son prolongadas en el tiempo.

Si la semana que viene se registraran precipitaciones y cesaran pronto algunos viticultores y bodegueros podrían esperar incluso hasta el día 18 o el 20 para empezar a vendimiar, pues un poco de agua seguida de sol puede venir bien para engordar la uva, aumentar su azúcar y reducir acidez. Si por el contrario se avecinaran lluvias importantes para la segunda quincena de septiembre, todo se aceleraría y habría que intentar recoger el producto antes de que se estropee en las cepas, sobre todo allí donde está más maduro.

Lo explica bien Isidoro Serantes, gerente de bodegas Bouza do Rei (Ribadumia). "En nuestra finca de Arbo vamos a empezar a vendimiar la semana que viene –esgrime–, pero en las de O Salnés esperaremos hasta después del 20, con la esperanza de que llegue un poco de lluvia, que levante y que vuelva a lucir el sol para vendimiar en las mejores condiciones y con el mejor producto posible".

Elegir el momento adecuado es siempre una incógnita, y a veces un riesgo. De ahí la incertidumbre que se respira estos días y el hecho de que todos estén pendientes del cielo. En el caso de bodegas Santiago Ruiz explican que han decidido empezar a vendimiar el viernes pasado "porque la uva está muy buena, y tan madura que ya no podíamos esperar más".

En esta importante firma de O Rosal, donde esperan recoger más de 400.000 kilos, esgrimen que la uva "está sanísima" y que van a trabajar duro durante todo el fin de semana, para evitar contratiempos en caso de que lleguen las lluvias.

Algo parecido argumentan en Viña Nora S.L., donde recogen anualmente alrededor de 250.000 kilos. "Quizás hay menos uva de la que esperábamos, pero desde luego hay más que el año pasado, y es de calidad", aseguran.

Es un sentir generalizado, como se comprueba en una consulta realizada ayer entre diferentes bodegas. "Hay abundancia y la uva es de máxima calidad", explican en Lagar de Pintos (Ribadumia), donde tienen previsto empezar a vendimiar entre los días 10 y 12, es decir, en un fin de semana que se augura frenético en la subzona más importante de Rías Baixas, la de O Salnés.

También aquí se sitúa Castro Celta, donde recogen unos 400.000 kilos y, a priori, esperan comenzar el día 13, en función del tiempo reinante.

Ese lunes está marcado en rojo en el calendario de otras muchas bodegas. Ocurre en Agro de Bazán (Vilanova), donde disponen de "bastante cantidad de uva, y toda muy sana", o de Bodegas Chaves, donde aclaran que "hay uva que ya está a punto para recolectar, pero hay que esperar unos días más".

En Martín Códax, la cooperativa de Vilariño (Cambados) que pasa por ser una de las más importantes del país, celebraban ayer una asamblea para decidir el momento exacto de la recolección y las características de la misma. En principio pretendían iniciar las operaciones "quizás la semana que viene". Sea como fuere, ayer mismo empezaban a recibir uva para vinificación procedente de la subzona de O Rosal.

José Antonio Domínguez Padín, de Viña Sobreira (Cambados), manifiesta que "todo depende del tiempo, pero quizás empecemos el 15 o el 16, si no llueve". En caso de que aparezcan las precipitaciones "habrá que aguantar unos días más, lo cual incluso puede ser positivo, pues actualmente la graduación es buena, entre 11 y 12 grados, pero la acidez está un poco alta, entre 15 y 16, y si esperamos aún puede bajar", añade Domínguez.

En este caso prevén superar los 400.000 kilos de uva, que adquieren en las propiedades de 120 viticultores de O Salnés, especialmente de Castrelo, Padrenda, Dena y San Miguel de Deiro. "Hay más uva que el año pasado, aunque a causa de la sequedad puede que el rendimiento sea levemente inferior", concluye Domínguez.

Con las bodegas consideradas "pequeñas" ocurre algo semejante a lo que se plantea en las grandes, si bien es tradicional que empiecen antes la recolección. En Bouza de Carril (Ribadumia) apuntan al día 13, y aunque tienen algunas fincas que se vieron afectadas por el mildiu, "en líneas generales esperamos una muy buena cosecha", dicen.

También van a esperar al día 12, o quizás al 13, en la bodega de María Meis Sanmartín (Meaño). Como en los demás casos su producción es "abundante y de calidad".

De lo que no hay duda es de que unos y otros, grandes y pequeños, van a estar sometidos a los controles de vendimia que cada año establece el Consello Regulador, con alrededor de 70 veedores encargados de garantizar la trazabilidad del producto y un importante despliegue en viñedos, carreteras y bodegas para comprobar los aforos y asegurar que la uva vinificada procede única y exclusivamente de viñedos amparados.