Los vecinos de Porto Meloxo, un barrio marinero, industrial y turístico de O Grove, salieron ayer a la calle. Lo hicieron para mostrar a FARO siete tapas de alcantarilla que, según denuncian, son una amenaza para la salud pública.

Cualquiera que se acerque por allí puede comprobar que el ruido es insoportable cada vez que un coche o camión pasa por el lugar y pisa una de esas tapas. Es como un petardo, como el ruido de una colisión, como un trueno... es, en definitiva, un ruido fuerte y machacón, sobre todo cuando se repite una vez tras otra.

Con las temperaturas de los últimos días a cualquiera le cuesta dormir. Pero a los vecinos de Porto Meloxo les cuesta todavía más, pues con ese ruido parece misión casi imposible. A veces lo consiguen, pero como tengan la mala suerte de que en ese instante pase un coche el susto puede ser tremendo.

Ya denunciaron este problema en el Concello, y aseguran haberlo hecho en varias ocasiones y ante distintos representantes municipales, tanto con cargo electo como con contrato laboral. Lo que ocurre, relatan los denunciantes, es que “unos por otros se pasan la pelota y nadie hace nada”.

Los vecinos de Porto Meloxo, tanto los que ayer quisieron mostrar las tapas de alcantarilla de la discordia como otros muchos que protestan por lo mismo, pero no estaban para la foto, dicen incluso que “en el Concello nos aseguraron que la obra realizada en la zona había quedado mal rematada y que no es responsabilidad suya, por lo que cabe preguntarse por qué se consiente que finalice una obra en malas condiciones y qué va a hacer el gobierno para solucionar el problema”.

“De justicia”

Sea como fuere, “no se trata de una cuestión política ni de acusar a unos u otros, sino de exigir algo que consideramos de justicia, y es tan sencillo como disponer de una buena calidad de vida mediante el arreglo de estas tapas de alcantarilla para que dejen de hacer este tremendo ruido”.

Los afectados sitúan el epicentro del problema entre la zona portuaria y los bares Meloxeira y O Porto, por lo que añaden que “estamos perjudicados tanto los vecinos como la gente que viene de fuera, que en esta época es mucha”. Apuntan que “los turistas nos preguntan cómo podemos soportar esta situación, y algunos optan por marcharse rápido de Porto Meloxo para no seguir escuchando este ruido, que en ocasiones suena como si fueran tiros”.

Algunos residentes en el barrio recuerdan que un problema similar se vivió con anterioridad en otros puntos, y se solventó mediante el uso de caucho para sellar las tapas. “Nos da igual lo que hagan, lo que queremos es que nos solucionen este problema”, sentencian.