Antón Romero Ces es una de las dos mitades de RuAn, firma bajo la que este ilustrador natural de Vilagarcía realiza sus trabajos junto al barcelonés afincado en la ciudad Rubén Pérez. Si hace ya cinco años que la obra de RuAn puede apreciarse en soportes como revistas o libros, Romero y Pérez han ido ahora un paso más allá, enriqueciendo su trabajo gráfico con un plus de compromiso social. “Ilustrando que es gerundio” reúne los dibujos de 14 autores de toda España, que destinarán los beneficios obtenidos con las ventas de este libro a proyectos y servicios impulsados por la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER).

-¿Podría explicar como surge la idea para el proyecto de Ilustrando que es gerundio?

-En el contexto de un foro de ilustradores, Ilustrando.com, surgió la idea de hacer un trabajo colectivo que repercutiese, además de en el propio grupo de ilustradores, en otra gente y que beneficiase a los demás. Se nos ocurrió hacer un libro de ilustraciones, que para nosotros es también un portafolio. Costó decidir a quien destinar los fondos, ya que el proyecto implicaba a muchas personas y había ideas diferentes. Se habló de algún grupo de ayuda a los animales, a la lucha contra el cáncer... Pero al final decidimos donar los beneficios a algo que poca gente conoce y que es necesario visibilizar, como son las enfermedades raras, porque aunque los afectados por cada una no sean muchos, en conjunto es mucha gente.

-¿Los trabajos incluidos en el libro han sido realizados especialmente para él?

-La idea era hacer algo especial para el libro, pero por una cosa u otra acabaron metiéndose trabajos anteriores. Nos llevó mucho más tiempo concretar el libro que hacerlo. Hemos pensado en hacer una segunda parte, con trabajos más específicos, establecer un tema de partida e ilustrar todos sobre lo mismo.

-¿Y en cuanto a técnicas, qué tipo de trabajos recoge?

-Hay de todo, desde gente que trabaja de manera más manual hasta nosotros, por ejemplo, que trabajamos en digital. No rige ninguna técnica, ni tampoco ningún estilo. Hay trabajos más infantiles y otros más adultos, y creo que precisamente eso da valor al libro, lo enriquece y lo hace más variado.

-Y en el caso de RuAn, ¿en qué campo se mueve más habitualmente?

-Normalmente trabajamos en el campo de la ilustración infantil, pero también hacemos otras cosas, humor gráfico para revistas, trabajos de diseño gráfico... Si quieres vivir de esto, a veces tienes que diversificar. A veces es complicado vivir sólo de esto, pero nosotros lo intentamos.

-¿Y como se organiza el trabajo entre dos?

-Cada uno de nosotros trabaja desde su casa. Cuando nos llega un encargo comentamos el texto, hablamos sobre la línea de trabajo que mejor se adapta, creamos cada uno una serie de ideas y las comentamos. Tenemos estilos bastante diferentes, y creo que entre los dos tenemos mejores ideas, imbricamos cosas de uno y otro y el resultado es mejor, creo que juntos conseguimos abarcar más espacio. A veces hacemos un reparto de tareas, y uno se centra más en la línea y otro en el color, por ejemplo, y otras veces uno de los dos acaba asumiendo un encargo completo.

-¿A qué han dedicado sus últimas ilustraciones?

-Últimamente estamos haciendo nuestros propios textos, ilustrándolos e intentando convencer a las editoriales de que nos los publiquen. El último trabajo fue un libro que publicamos en Baía, “Papá non sabe”, y antes de ese “O dragón comemedos”, en la misma editorial. Son dos trabajos de nuestra autoría para un público infantil, y creo que son un buen reflejo de lo que estamos haciendo últimanente. Ahora estamos pensando en un grabajo en colaboración con la Liga Nacional de Billarda. Sería un libro pensado para poner en conocimiento de la gente este mundo, que últimamente está teniendo cierta difusión. Nosotros no somos demasiado aficionados a este deporte, pero nos parece muy interesante contribuir para promover este patrimonio cultural y darle difusión. Aún estamos discutiendo como puede ser este libro, pero seguramente tendrá un enfoque más juvenil que infantil.

-Habla de su interés por contribuir a promover el patrimonio cultural en su próximo trabajo, después de destinar los beneficios del último a fines sociales. ¿Qué valor le da a las posibilidades comunicativas del ilustrador? ¿Cree que es importante posicionarse y tomar partido en cuestiones que afectan a la sociedad?

-Hace tiempo que se nos ocurrió la idea, viendo como funcionaban organismos como Médicos sin Fronteras, crear un proyecto de Ilustradores sin Fronteras, ver como puede uno llegar a hacer algo por los demás que beneficie a alguien más que a uno mismo. Y hay muchas maneras: donando los beneficios de un trabajo a fines sociales, o ayudando a promover algún tipo de iniciativa cultural. Pienso que un ilustrador puede hacer mucho, pero también necesita mucho apoyo. Por ejemplo, en el libro de la FEDER optamos por comercializarlo a través de internet, en Blurb, que es una imprenta bajo demanda, porque resultaba mucho más fácil y no nos suponía los gastos que puede significar una edición física normal. Pero si pretendiésemos ponerlo en las librerías sería bastante más complejo, porque no hay nadie detrás del proyecto, y sin apoyos es difícil llevar a cabo acciones de este tipo.

-¿Qué es lo que le resulta más gratificante de su trabajo?

-Para mí lo más gratificante es poder ver la reacción de los demás, ver que la gente entiende lo que haces, que está contenta y les gusta. Eso, para mí, es el mejor pago posible.