El brote de mildiu y oidio detectado hace alrededor de diez días en distintas explotaciones vitivinícolas de la comarca de O Salnés sigue provocando quebraderos de cabeza a los cosecheros arousanos.

La última revisión de los viñedos de la zona realizada por técnicos de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro hace dos días aporta datos muy dispares sobre el estado de las distintas fincas dedicadas al cultivo de las vides.

Si bien el ente dependiente de la Diputación de Pontevedra corrobora el perfecto estado de algunas de las explotaciones, que no presentan por el momento indicio alguno de la presencia de inóculo de estas dolencias, la afectación llega a porcentajes tremendamente elevados en otras fincas.

Según los datos de la EFA, algunas explotaciones de O Salnés se encuentran fuertemente dañadas por el mildiu, con niveles de afectación que llegan al 80% y al 95%. En otras, sin embargo, los daños se sitúan en una situación intermedia, entre un 5% y un 30%.

Lo que sí se encuentra todavía en todas las explotaciones revisadas por la estación Areeiro son indicios de esporulación viable, tanto en hojas como en racimos, por lo que desde este organismo recomiendan a los cosecheros no bajar la guardia. La EFA insiste en la necesidad de confirmar la eficacia de las intervenciones realizadas, así como de renovarlas si no se ve una clara remisión de los síntomas.

La situación para las cepas afectadas por el oidio en cuanto a presencia de esporas viables es, según confirman los técnicos, similar a la de los casos de mildiu. En este caso las explotaciones más afectadas son las de variedades tintas, como la treixadura, en las que ya es posible observar rajados en los frutos a causa del ataque.

La comarca de O Salnés es una zona endémica en la que las particulares condiciones meteorológicas provocan que año tras año la lacra del mildiu y del oidio ataque invariablemente a los cosecheros. Aunque se trata de unas patologías que no distinguen entre varieades de uva, el albariño, más delicado, es habitualmente el principal afectado, según afirma Ramón Meiriño, presidente de la Denominación de Orixe Rías Baixas.

Meiriño confirma que muchas explotaciones vitivinícolas del Val do Salnés se encuentran afectadas por el mildiu y el oidio, e insiste en que los productores "tienen que estar atentos" a la evolución de sus cosechas para evitar en la medida de lo posible que el mal vaya a más.

El presidente de Rías Baixas confía en que los técnicos de los servicios fitopatológicos de la Diputación estén alertas, y considera que esta dotación de control permitirá a los cosecheros recibir la información oportuna sobre las medidas a adoptar en cada momento.

Ramón Meiriño afirma que las vides de O Salnés se encuentran cargadas de uva, y aunque no se atreve a realizar todavía una valoración de lo que dará de sí esta temporada cosechera debido a la imprevisible variación de los factores meterológicos, absolutamente determinantes en los resultados de la recolección, considera que si todo marcha bien y se controlan los brotes de mildiu y oidio los resultados podrían ser mejores que los del año pasado.

Meiriño insiste en la necesidad de que los productores se mantengan "alertas para controlar" la evolución de las cepas y de que sigan en todo momento las indicaciones de la EFA.

Lluvia determinante

La evolución de las condiciones meteorológicas resultará determinante para condicionar el devenir de las esporas de mildiu y oidio presentes en las vides de O Salnés.

Según explica Pedro Mansilla, jefe de servicio de la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, la evolución de estas dolencias que afectan a diversos tipos de plantas depende de lo que denomina "triángulo de la enfermedad". Se trata de tres factores que, de confluir, dan como único resultado posible la manifestación de la enfermedad. La aparición de inóculo o esporas y la presencia de un huesped receptivo serían los dos primeros, que ya se aprecian en las vides de O Salnés. El tercer factor, que determinará el resultado de esta campaña vitivinícola, son las condiciones climatológicas favorables, que resulta imposible predecir de aquí al momento de virado de la uva, cuando al adquirir los frutos su color dorado los racimos serán ya inmunes a estas dolencias.

La lluvia, combinada con las elevadas temperaturas de esta época del año, resultaría un cóctel explosivo que podría permitir la incubación de las esporas de mildiu en un período de tan sólo cuatro días, mientras que en períodos de temperaturas más suaves este proceso podría tardar hasta dos semanas.

Por el contrario, de mantenerse las temperaturas por encima de los 30 grados la germinación del hongo se inhibiría.

Mansilla recomienda mantener una buena ventilación en las explotaciones vitivinícolas, así como abonar y regar de manera equilibrada. De ser necesario, afirma que los tratamientos fitosanitarios más adecuados para esta época del año serían los de penetrado o de contacto, que deberán aplicarse en función de la evolución del patógeno de acuerdo con las indicaciones de los servicios oficiales.