Cambados puede presumir de contar en estos momentos con una de las exposiciones de arte contemporáneo más interesantes de la provincia. "15 proyectos de espacio para un espacio" es en realidad el trabajo de quince jóvenes artistas, estudiantes de la facultad de Bellas Artes de Pontevedra, y en él se combinan desde los géneros y técnicas más convencionales –como la fotografía y la pintura– con proyecciones audiovisuales, ilusiones ópticas y esculturas formadas por docenas de pequeñas cajitas de plástico.

La exposición se encuentra en la planta superior del pazo de Torrado, y puede visitarse hasta finales de este mes en horario de mañana y tarde, salvo los domingos, que sólo abre de 11 a 14 horas, y los lunes, que el edificio está cerrado. "15 proyectos de espacio para un espacio" permite al público asomarse a un mundo a veces casi críptico, pero que siempre impacta.

Es lo que consigue, por ejemplo, Esteban Suárez Fernández, con sus "Inquietudes perceptivas", unas cintas de color rojo pegadas a la pared, cerca de un perchero, y que observadas a cierta distancia se confunden con una pieza de ropa efectivamente colgada.

Otra propuesta llamativa es la de Josetxu Cárcamo, que presenta un conjunto de recipientes de comidas, básicamente de plástico. Con ellos, pretende mostrar como en la sociedad actual se concede un enorme valor a ciertos objetos y ninguno a muchos otros que sin embargo lo tienen, como los recipientes gracias a los cuales se puede transportar los alimentos.

El "Suomi" de José Villot Guisan permite observar la fotografía de un hombre sobre la nieve en tres dimensiones gracias a un juego de espejos; y Jesús de la Iglesia introduce al espectador en el vagón de un tren, gracias a los efectos sonoros y a la proyección continua de haces de luz. Otra de las obras que más atrae la atención es "Alzh3im3r", de Marcos Covelo, que muestra su forma de ver esta grave enfermedad mediante un muñeco de madera completamente desmembrado y una serie de dibujos que representan los recuerdos de una persona... hasta llegar a la última ilustración, que aparece vacía.

"Mundo fráxil" es una habitación ocupada por docenas de pequeños barcos de papel dispersos por el suelo; "E-36" recrea el taller de un artista, y permite demostrar que el arte no sólo debe entrar por el sentido de la vista, sino también por los del olfato o el táctil; y "Sala de espera" es un complejo ejercicio fotográfico que firma Antón Caamaño. Unas propuestas muy diversas y diferentes entre sí, pero sin duda atrayentes por su innovación.