A Armenteira es un lugar habitualmente tranquilo, en el que viven menos de medio millar de vecinos. No obstante, ayer se convirtió en el punto de encuentro para miles de personas. El motivo es la romería de la Virgen de las Cabezas, una de las fiestas con mayor poder de convocatoria de cuantas se celebran en O Salnés.

La romería de Armenteira combina como pocas los componentes religioso y lúdico. Y es que, además de las misas y procesiones, una de sus estampas más típicas es la de los grandes grupos de jóvenes que suben a pie el monte Castrove para luego comer a orillas de un arroyo o sobre la hierba de alguno de los muchos prados que forman el valle de Armenteira.

Ya sea con fines espirituales o de ocio, los peregrinos llegan a esta pequeña aldea del ayuntamiento de Meis a través de muy diversas rutas: la carretera que asciende desde Barrantes por Cabeza de Boi; la pista que sube desde Poio y que va faldeando el Castrove; la carretera local que atraviesa Silván; o la que desemboca en Balboa –unos doscientos metros más arriba del monasterio– procedente de Xil, en Meaño.

No obstante, la novedad de ayer era la primera peregrinación oficial por la Ruta da Pedra e da Auga. Se trata de un sendero de ocho kilómetros de longitud que marcha a orillas del río Armenteira, desde la rotonda de Os Castaños, en Barrantes, hasta poco antes del atrio del monasterio. Se dice que antiguamente éste era uno de los caminos más transitados para acudir a la romería de las Cabezas, pero que con el paso de los años fue cayendo en desuso, hasta terminar poco menos que abandonado. No obstante, la Diputación de Pontevedra y los concellos de Meis y Ribadumia lo recuperaron el año pasado, y organizaron ayer una peregrinación con la finalidad de potenciarlo y difundir su atractivo.

Se sumaron a la caminata altos cargos políticos, como el presidente de la Diputación, Rafael Louzán; el delegado de la Xunta de Galicia en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís; o alcaldes como los de Ribadumia, Meis o Cambados. En total, participaron en la subida en torno a 200 personas, muchas de las cuales tomaron parte después en una comida de confraternidad despachada junto a la casa da cultura, y en la que no faltaron ni la empanada ni la carne ó caldeiro.

Esta ruta se llena de gente en cuanto llega el buen tiempo, y quienes la recorren –se tarda, aproximadamente, unas dos horas– puede ven desde medio centenar de molinos de río, muchos de ellos rehabilitados, hasta frondosos paisajes típicos de las riberas fluviales, o la llamada Aldea Labrega de San Martiño, que es una recreación de una aldea tradicional a través de esculturas de granito.

Exvotos en la cabeza

Otra de las imágenes más típicas de la fiesta de Armenteira es la de los exvotos de cera que reproducen una cabeza humana. Muchas de las personas que acuden a esta fiesta lo hacen por devoción, con la seguridad de que la Virgen les sanará los males y los dolores relacionados con la cabeza. En muchos casos, lo que hacen es comprar un exvoto y escuchar la misa con él sobre la cabeza. Al terminar la ceremonia lo dejan al pie de la imagen de la Virgen, a modo de ofrenda.

La parroquia todavía organiza misas el próximo domingo en honor a la Virgen de las Cabezas, una imagen que según la tradición se labró en Sevilla a principios del siglo XVI, y que es una bella escultura policromada en la que la Virgen sostiene en brazos al niño Jesús, al tiempo que muestra uno de los pechos con el que le alimentó.

La aldea de Armenteira es también uno de los "santuarios" de O Salnés en lo que a arte se refiere. Los historiadores han enaltecido en más de una ocasión el valor de la portada románica –con las arquivoltas decoradas de la puerta y el enorme rosetón–, del baldaquino que acoge la imagen de la Virgen, en el altar, o del claustro del viejo monasterio. En este sentido, la Diputación acometió durante los últimos meses unos trabajos de limpieza y restauración en el interior de la iglesia, que terminaron precisamente la pasada semana, para que el templo mostrase su mejor cara en el día de la romería.

Durante la jornada de ayer también se produjeron algunas incidencias. Así, fue necesario atender a dos personas mayores por lipotimias. Y sobre las 20.30 horas se produjo un accidente muy cerca del convento. Fue entre un coche y una bicicleta, en la que iba un chico de 16 años. El menor fue trasladado al Hospital do Salnés por una ambulancia del 061, al sufrir golpes en una rodilla y un hombro.