Castor Cordal y Ramón Barreiro por fin podrán descansar en paz junto al resto de sus familiares en los cementerios de Cambados y Sisán, en Ribadumia. Durante 73 años sus cuerpos permanecieron enterrados junto a uno de los muros exteriores del atrio de la iglesia de Curro, en donde unos vecinos del lugar les dieron sepultura tras ser asesinados a tiros el 15 de septiembre de 1936 en una cuneta de la carretera que une Vilagarcía y Pontevedra. Ambos fueron víctimas de la represión franquista.

En octubre del pasado año la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (A. R. M. H.) exhumaba los dos cadáveres. Las informaciones recabadas, incluida la declaración de algunos de los vecinos de la zona que, cuando todavía eran unos niños, vieron como los enterraban, apuntaban a que se trataba de los restos de Ramón Barreiro vecino de Ribadumia de 19 años de edad; y Castor Cordal, cambadés de 27 años. Las pruebas realizadas a lo largo de estos meses en el laboratorio que la A.R.M.H. tiene en Ponferrada, León, han permitido que el forense José Luis Prieto los identificase con total fiabilidad.

En el caso de estos dos arousanos, no fue necesario acudir a técnicas de identificación complejas como el ADN ya que la gran cantidad de información existente sobre la localización de los cadáveres permitía asegurar casi a ciencia cierta que se trataba de estas personas. El trabajo de laboratorio confirmó las identidades de cada uno de ellos a través del examen de sus características físicas, la edad –19 años en el caso de Barreiro y 27 en el de Cordal–, o algunas de las lesiones y mutilaciones que presentaban. Memoria Histórica incluso contó con la colaboración de expertos que pudieron determinar a quien pertenecía cada uno de los cadáveres examinando fotografías antiguas de estas dos personas. El hecho de que ambos esqueletos apareciesen intactos y separados también ayudó.

Acto cívico y participativo

Ahora, los restos mortales de estos dos arousanos serán entregados a las familias en un acto cívico que tendrá lugar mañana al mediodía en el Auditorio de Cambados. Una cita que Memoria Histórica pretende convertir en un homenaje y reconocimiento a las víctimas y a sus familias. Santiago Macías, vicepresidente de la A. R. M. H., hacía ayer un llamamiento desde Ciudad Real –en donde se encuentra exhumando otra fosa común– a que este acto sea lo más participativo posible y "que debería contar con la presencia de todas las autoridades democráticas, sean del partido que sean, ya que precisamente estas dos personas murieron precisamente por defender un sistema democrático".

"Alivio" o "emoción" eran algunas de las palabras más utilizadas por los familiares de estas dos personas durante la exhumación de estas dos personas en Curro al poder recuperar sus cuerpos.