Lores contará con un área de recreo y esparcimiento en pleno centro de la localidad, merced al derribo del inmueble, ya ruinoso, que albergaba el hogar San Benito y que fue adquirido recientemente a la Iglesia por el concello de Meaño. De hecho, comenzaron ya las obras del proyecto con el derrumbe del citado inmueble. Su piedra fue aprovechada para la construcción de un muro de contención que separará los dos niveles en que se ha concebido el proyecto de área recreativa. En uno se habilitará un parque infantil de juegos más otro con aparatos de mantenimiento para la gente mayor. En el segundo nivel irá una alameda con árboles y bancos como zona de descanso. El proyecto se completa con la disposición de una pequeña zona de aparcamiento en batería.

Su construcción permitirá además que la carretera local que pasa por delante de esta zona gane en ese punto el espacio necesario para permitir el giro de vehículos para entrar y salir del barrio de A Laxe, giro complicado por cuanto hasta ahora obligaba a los conductores a maniobrar con sus vehículos de forma peligrosa dada la falta de espacio. Cierto que el proyecto puede no quedar así por cuanto el gobierno local estudia la posibilidad de adquirir unos terrenos anexos para ampliar si cabe más la citada área recreativa que, por lo de ahora, cuenta con una superficie estimada de 1.000 metros cuadrados.

La empresa Pavimentos de Meaño es la que ejecuta esta primera fase de las obras que incluye el derribo del inmueble, disponer los dos niveles del terreno, la construcción de muros más la rampa y escalera para acceder de uno a otro nivel y una valla de protección en fundición. Todo ello en base a un presupuesto de 30.000 euros. Luego el concello, con operarios propios, dispondrá el firme del parque con los diferentes columpios y aparatos, más la alameda con sus bancos y zona ajardinada.

El que se conocía como "hogar San Benito" fue vendido a la iglesia en los años 50 por la familia Calviño y actuó como escuela de primaria en Lores durante la dictadura franquista. En la actualidad permanecía en un estado ruinoso, máxime después de la ampliación de la carretera. Conseguir que el arzobispado de Santiago accediera a venderlo fue tarea árdua para el concello. Tras diversas gestiones la Iglesia se avino a ello. Primero ingresó 24.000 euros de la Diputación por la venta de una zona frontal para acometer la ampliación de la carretera de Lores, y en esta ocasión percibió 50.000 euros por parte el concello por el resto del inmueble, si bien este acuerdo quedó supeditado a que el concello no modifique en el PXOM la calificación urbanística que tenían la fincas de las rectorales de Xil y Meaño.