Padres de alumnos y estudiantes del colegio Sagrada Familia de las Filipenses han protagonizado a la salida de clase una protesta a orillas del río de O Con para exigir que se elimine el riesgo que entrañan los cables sueltos de alta tensión que aparecen a lo largo de la acera de acceso al centro escolar.

La situación viene arrastrada desde hace un año en que se suprimieron tres farolas del alumbrado público, las cuales han sido cercenadas de forma irregular por lo que existe riesgo, no sólo para los escolares sino para todos los peatones que paseen por esta zona.

De hecho, a simple vista puede observarse un agujero cortado al ras en el que se percibe un grueso cable de cobre; un resto de farola de filo irregular, de un centímetro de altura, en el quetambién se ve la instalación eléctrica; y un conjunto de cables de unos quince centímetros de longitud recubiertos con una bolsa plástica de supermercado y cerrada con celofán.

Si el peligro de electrocutamiento es evidente pues la línea eléctrica está activada en todo el paseo, como se observa en el resto de las farolas que no han sucumbido a los actos vandálicos, también hay otros obstáculos que han puesto en pie de guerra a los padres del céntrico colegio vilagarciano.

El propio paseo, en este tramo de entrada al centro escolar, cuenta con una doble barandilla horizontal que no cumple en absoluto con las normas de seguridad previstas para cualquier edificación, ya que el hueco libre supera los 30 centímetros de distancia del suelo, a través delque resulta fácil que se cuele un niño y caiga al río. Pero, a la vez, existe un tramo destrozado por el último temporal, el Flora, que sólo está protegido por unas vallas provisionales que hace dos meses instaló la policía, y cuya reparación tiene visos de retrasarse todavía bastante tiempo.

Por si fuera poco, el Ayuntamiento tampoco ha tomado decisión alguna con respecto al gigantesco macetero (alcorque) en el que estaba plantado el árbol que se vino abajo con el temporal.

Ese gran recipiente ocupa la práctica totalidad de la acera junto al río, lo que implica un gran estorbo para viandantes, especialmente aquellos que circulan en silla de ruedas, usan sillas de niños o llevan carros de la compra.

Los padres consideran urgente la intervención de las brigadas municipales para corregir estos graves defectos, de fácil solución y escaso presupuesto, y no están dispuestos a esperar la actuación que ayer mismo anunció el edil de Urbanismo, Marcelino Abuín, con cargo al plan de humanización del entorno del mercado.

Cabe indicar que estas obras no comenzarán en menos de cinco meses, por lo que prácticamente estaría terminado el curso escolar.

Aseguran los padres que estos defectos en la calzada se convierten en "tentaciones" infantiles y son muchos los que "juegan a pisar sobre los pelados cables".

Reclaman por ello que de inmediato se cubran estos huecos de las farolas y se repare la barandilla suelta junto al río.