Un nuevo sabotaje obliga a cerrar durante toda la jornada de hoy el acceso a la zona de baño de la piscina municipal de Fontecarmoa. El suceso se registró ayer de madrugada y, en esta ocasión, los desperfectos se centraron especialmente en la bañera central en donde los vándalos arrojaron una botella que contenía una sustancia que está siendo analizada. De hecho, la empresa concesionaria decidió clausurar todas las actividades previstas en este lugar como precaución y con la finalidad de desinfectar debidamente tanto la piscina principal como la más pequeña, así como retirar los cristales del fondo con una limpieza profunda.

Según fuentes policiales, la botella fue arrojada por la cristalera que los vándalos habían roto justo la jornada anterior. Desde la empresa concesionaria se ha actuado con rapidez nada más conocer lo sucedido y, de hecho, se clausuró la entrada a las piscina desde primera hora. Además se tomaron muestras del agua en los dos vasos que han sido enviadas a un laboratorio para su preceptivo análisis. De todas formas, tanto la zona de relax y spa aledaña a la piscina como el gimnasio funcionan con normalidad y en el horario establecido habitualmente.

Responsables de la empresa concesionaria manifestaban ayer su temor a que estos actos continúen repitiéndose y achacan lo sucedido a la huelga de los trabajadores de las instalaciones deportivas por el cese en las negociaciones del convenio colectivo.

Más vigilancia

Por el momento, y según fuentes municipales, la Policía Nacional y la propia empresa concesionaria incrementará la vigilancia en las instalaciones sobre todo durante la noche con la idea de disuadir a los posibles "piquetes" que quieran seguir boicoteando las actividades que se están desarrollando en el complejo de Fontecarmoa.

Por otra parte, la policía científica del cuerpo de la Policía Nacional está investigando los sucesos para dar con los autores de los mismos. Además, las denuncias de la propia concesionaria se sumarán a las que presente el Concello de Vilagarcía para exigir las responsabilidades pertinentes (sean civiles o penales) por los daños ocasionados en los tres sabotajes registrados en apenas dos semanas en el complejo polideportivo municipal.

El primero de los ataques se registró cuando unos encapuchados entraron en las dependencias deportivas y arrojaron un líquido tóxico a la bañera de la piscina. El segundo tuvo lugar hace dos días con rotura de cristales y dos incendios provocados tanto en la zona de baño como en la sala de máquinas del gimnasio.