"Para filosofar no es necesario hablar de Kant o de Nietzsche, sino que el debate puede generarse a partir de cualquier tema de la vida misma". Con estas palabras define uno de los integrantes del Ateneo Mar de Arousa la esencia fundamental de lo que, a partir de hoy, se denomina "Café filosófico". El mecanismo de funcionamiento está claro: un café, buena compañía y ganas de discusión y debate.

Jesús Merino señala que "creemos que la época en la que nos encontramos es un buen momento para retomar una iniciativa que siempre ha tenido mucho éxito". Y así es. Para participar en los cafés filosóficos del Ateneo no es necesario ni ser entendido de la filosofía ni leerse demasiados libros sobre la teoría de Platón o de Descartes. Lo único que se pide es saber escuchar y argumentar sobre los temas que se pongan sobre la mesa. Jesús Merino incide en que "muchas veces la filosofía va mucho más allá de los libros, no hace falta ser un experto, sólo saber participar y escuchar sobre temas cotidianos".

El debate se inicia hoy con la idea de tener "continuidad hasta el fin de los tiempos, aunque todo depende de la aceptación que tenga entre el público", señala Merino.

Desde el Ateneo Mar de Arousa han vivido experiencias exitosas en iniciativas similares como el conocido Café Científico en el que, expertos en materias como la física o la astronomía disertaban sobre aspectos complicados contados de la forma más sencilla posible y para públicos de todos los gustos.

Y es que desde este colectivo arousano lo que intentan es explotar al máximo la premisa de "el placer de pensar en compañía", todo un lujo en una época mediatizada por la televisión y las consolas y poco proclive al debate abierto.