Plasmar en poco más de un centenar de páginas el cajón desastre que toda juventud comprende, fue el verdadero cometido de Miguel Anxo Martínez Oubiña cuando allá por mediados de los noventa, y en plena etapa universitaria, empezó a dar las primeras trazas de su particular "Depósito de cadáveres".

Aspectos tales como el desamor, la pasión por la música, el sexo o la violencia, entre muchos otros, son tratados desde diferentes prismas en los once cuentos creados a lo largo de casi quince años de coqueteos con las sinrazones de la vida, abordadas desde el estado semi-consciente inherente a toda etapa vital entre la pubertad y la primera juventud.

No duda al reconocer que existe en su obra un componente autobiográfico ciertamente enmascarado y, porqué no decirlo, muchos de los ingredientes de su personalidad proyectados en los protagonistas de sus cuentos. Casi como una confesión sin tabúes, con claro ánimo de transgredir y mezclar sin tapujos lo sobrenatural y lo tenebroso con las astillas que deja el desgaste de lo cotidiano.

Otros ingredientes tales como el misterio tampoco pasan desapercibidos entre los relatos del jóven escritor vilanovés, así como debilidades como la inseguridad, la desconfianza o la curiosidad obsesiva, es decir, todas aquellas que se pueden derivar de un amor perdido o una relación que se tambalea.

Como todo buen escritor que se precie, Martínez Oubiña es capaz de conseguir la atención del lector sin renunciar a las convulsiones propias de una película de suspense, de esas que enganchan a la vez que alteran. Todo ello con un lenguaje directo, alejado de cualquier formalismo estéril, y que impacta con el perfecto equilibrio que se percibe en sus renglones entre lo que se desea y la crueldad de lo real, entre el pensamiento irracional y la lógica más devastadora, entre el espíritu anti-sistema y las cadenas de los sentimientos.

Casi como un protagonista más, Santiago de Compostela simboliza muchos de los exteriores de los capítulos de una obra escrita íntegramente en gallego. Allí completó Miguel Anxo Martínez su formación universitaria y también allí gestó su relación con la escritura, la misma que ya le permite presumir de dos obras en el mercado gracias al apoyo de la Editorial Toxo Soutos que plasmó en papel sus elaboradas historias.

Acerca de la elección del título, el escritor vilanovés dejó bien claro que buscaba reflejar el impacto que pretende causar en el lector. "Espasmos de dinamita" fue otra de las alternativas manejadas, pero fue desechada porque no se correspondía de manera tan fiel con algunos de sus hilos argumentales.

Escenas de canibalismo y ritos satánicos, asesinatos cometidos bajo la sombra de la impunidad o existencias destruidas por los remordimientos o la insoportable soledad...todo, o casi, tiene cabida en las once historias de la "Ópera Prima" de Martínez Oubiña. Incluso la ternura y el humor con el que se abordan algunos de los giros argumentales aderezan la variedad de las historias tratadas.

En definitiva, un libro totalmente recomendable para todos aquellos que alguna vez han querido ir contra la corriente de las imposiciones sociales, los mismos que nunca han sentenciado sin haber experimentado previamente o para los que nunca se conforman y siempre ven una rendija abierta hacia la ilusión.