Hay muchas referencias a San Martiño en el sabio refranero popular, y algunas de ellas aluden a productos gastronómicos como los que ayer se degustaron en O Grove.

Y es que este pueblo volvió a festejar por todo lo alto la festividad de su patrón, tanto con actividades religiosas como con diferentes actos lúdicos y profanos, pero sobre todo con muchas comidas, tanto en domicilios particulares como en establecimientos públicos donde lo que manda es estar en compañía de familias y amigos para degustar un buen cocido o una laconada y, por qué no, algún que otro marisco.

Misa y procesión

La misa solemne y la posterior procesión de San Martiño –más corta que de costumbre a causa de la amenaza de lluvia– eran el plato fuerte de la jornada en lo que a celebraciones religiosas se refiere.

A este respecto hay que apuntar que buena parte de la corporación municipal, con el alcalde socialista José Cacabelos Rico a la cabeza, estuvieron presentes en los actos litúrgicos, algo que no sucede en otras localidades con representantes de su mismo partido.

Pero para platos fuertes los menús que se metieron algunos entre pecho y espalda en establecimientos como Casa Campaña y restaurante Solaina, dos de los clásicos de la villa por estas fechas, aunque no los únicos que acogieron importantes comilonas.

"Figueira do Meco 2009"

En Casa Campaña, por ejemplo, se celebraba el almuerzo organizado por el colectivo "Los lunes al club", que aprovechó la cita para hacer entrega de la "Figueira do Meco 2009", una distinción para aquellas personas de la villa que por unos motivos u otros destaquen en el ámbito social, cultural o deportivo.

Esta vez el agraciado fue José Manuel Otero Piñeiro, un hombre vinculado durante toda su vida al club de fútbol Anduriña, donde ejerció de jugador, entrenador, masajista y cuanto se le pusiera por delante.

Es un vecino muy conocido en el Concello de O Grove, donde ahora lleva buena parte del peso en la difícil tarea del lanzamiento de bombas de palenque en toda buena fiesta que se precie.

Al margen de este almuerzo destacaba, como de costumbre, el de restaurante Solaina, donde de nuevo volvieron a reunirse decenas de personas –un año más había muchas caras conocidas en la villa desde el punto de vista mediático– para dar cuenta de la tradicional comida de San Martiño, aderezada con la buena música y mejores viandas.

Otros vecinos se inclinaron por los callos, y pudieron degustarlos en la carpa instalada en la zona de O Corgo, donde también se llevaron a cabo diversas actuaciones folclóricas y se desplegaron juegos de todo tipo para animar unas fiestas que, organizadas por diferentes colectivos y entidades mecas –algunas en colaboración con distintos departamentos del Concello de O Grove–, arrancaban el viernes pasado.

Evidentemente, no faltaron a la cita las castañas asadas, las filloas y otros alicientes culinarios que animaron la villa y prolongaron la fiesta durante toda la jornada de ayer y buena parte de la noche.

Fueron muchos los que desafiaron a la lluvia en este día marcado en rojo en el calendario de los mecos, cuya siguiente cita festivo-gastronómica llega este mismo mes, con las jornadas de exaltación de la centolla.

También en este caso los restaurantes locales son los grandes protagonistas. En ellos va a ser posible degustar el crustáceo presentado de diferentes formas, entre los días 28 de noviembre y 8 de diciembre. No faltarán, como en ediciones anteriores, actividades complementarias, como las actuaciones folclóricas o las visitas guiadas a la lonja y el puerto.