La asociación de Amigos da Dorna Meca, presidida por Lino Prieto, da un paso más en su plan de promoción y potenciación de las embarcaciones tradicionales, al tiempo que fomenta su línea de colaboración con el Concello de O Grove y todo aquello que tiene que ver con la defensa de la cultura marítima.

En este caso se trata de aportar una embarcación emblemática, como es el "racú" de la citada entidad, a la exposición permanente que ofrece el Museo da Salazón o Centro de Interpretación de la Pesca y la Salazón (CIPES), ubicado en Punta Moreiras.

En estas instalaciones, donde pueden verse todo tipo de artículos, paneles informativos y demás elementos que hablan de la historia de O Grove vista con los ojos de la pesca y su industria transformadora, pasa a exponerse ahora –y durante todo el invierno– el citado "racú", que va a ocupar un lugar preferente en la sala de muestras interior.

Es una de esas embarcaciones perdidas en el tiempo que hace ya muchas décadas fueron herramienta fundamental para el trabajo de no pocos marineros. Son naves que guardan muchas semejanzas con los bateles del País Vasco, aunque la diferencia fundamental es que para facilitar las labores de pesca, los "racús" fueron provistos de motor.

Con 5,15 metros de eslora y 1,60 metros de manga, el "racú" de la Asociación de Amigos da Dorna Meca es una de esas joyas etnográficas que de un tiempo a esta parte se pasean por las aguas de toda Galicia, y a partir de ahora va a poder ser contemplada, con todo tipo de explicaciones a disposición del público, en el museo grovense de Punta Moreiras.

El traslado del "racú" se hace coincidir con la asamblea que el sábado mantiene, también en el CIPES, la Asociación de Amigos da Dorna Meca, que precisamente va a hablar de iniciativas como ésta y de sus planes de futuro, siempre con la mirada puesta en la potenciación del patrimonio inmaterial que conforman los barcos tradicionales.

"Es una pieza de museo que ahora va a formar parte de uno de ellos", esgrime Lino Prieto, quien recuerda que este "racú" perteneció a un marinero de Cambados que se retiró en 1994.

Fue entonces cuando la embarcación convirtió a O Grove en su puerto base, aunque a posteriori permaneció varios años en Marín, donde fue sometida a un importante proceso de restauración para que ahora brille en todo su esplendor.