La festividad de Todos los Santos y Difuntos se vio pronto transformada por la tradición anglosajona del Halloween. Durante mucho tiempo, colegios, asociaciones recreativas, pubs... organizaban a finales de octubre sus particulares fiestas llenas de gorros puntiagudos de brujas y caretas de zombies.

Sin embargo, en los últimos años se está imponiendo –al menos en los centros educativos– una nueva tradición, como es la del Samaín. Prácticamente, todos los colegios e institutos de O Salnés celebraron ayer fiestas en las que no faltaron los disfraces ni las calabazas decoradas e iluminadas con velas. Uno de los eventos más destacados de la jornada ayer fue la procesión nocturna de A Illa.

Niños y padres salieron de la biblioteca municipal, disfrazados de brujas o fantasmas, y tras recorrer varias calles terminaron en O Regueiro, donde se sirvió una chocolatada. También en A Illa, pero por la mañana, escolares y profesores disfrutaron de una fiesta en el colegio A Torre.

El Samaín es una tradición que hunde sus raíces en la mitología del pueblo celta. Los estudiosos consideran que el Samaín –palabra gaélica que significaría "final del verano"– sería la celebración con las que los celtas despedirían el periodo de cosechas, en el que la tierra es fértil, y se adentraban en el invierno, marcando para ellos el inicio de un nuevo año.

Cambados

Las calabazas decoradas son, sin duda, el elemento más representativo del Samaín rescatado en la actualidad en los colegios.

En Cambados, por ejemplo, montaron sendas exposiciones de calabazas en el colegio de Castrelo y en el instituto Francisco Asorey. En el centro de Primaria reunieron más de 70 calabazas, mientras que en el Asorey decoraron el salón de actos como si fuese el escenario de una película de terror. Este fue el lugar donde celebraron un concurso de cuentos de miedo.

Valga y Catoira

En Valga también inauguraron ayer una exposición, tomaron chocolate tras pronunciar el "esconxuro" y la próxima semana crearán un blog para divulgar los trabajos realizados. Otra localidad donde el Samaín tiene mucha tradición es la de Catoira.

Ayer se celebró un taller de elaboración de calaveras en el pabellón de deportes. El personal del ayuntamiento estuvo con los niños para enseñarles a vaciar los "calacús".

Este fue el preámbulo de la Procesión das Caveiras, una marcha lúdica que ya cumple diez años, por lo que va camino de convertirse en uno de los eventos vinculados al Samaín más destacados de cuantos se hacen en la provincia de Pontevedra. También pensando en los estudiantes, varias editoriales publicaron en las últimas semanas libros ilustrados sobre el Samaín.