El Monte Central o parcela Z-14, situado en A Toxa y considerado el terreno público más grande e importante del Concello de O Grove, con alrededor de 211.000 metros cuadrados de superficie, "se está muriendo".

Un hongo, el Phellinus Pini, destruye la masa forestal de este terreno y afecta de manera muy especial a los escasos árboles centenarios que lograron salvarse de las talas realizadas en los últimos años.

La situación "es altamente preocupante", de ahí que el Concello, por mediación del concejal Alfredo Bea y el departamento de Medio Ambiente, esté diseñando un ambicioso plan para tratar de salvar algunas plantas, pero sobre todo para proceder a repoblar el terreno.

No obstante, la recuperación del mismo "no podrá conseguirse hasta dentro de 30, 40 o 50 años, de ahí que debamos empezar a trabajar ya en este proceso", esgrime Bea.

El monte de A Toxa, que fue objeto de infinidad de batallas políticas para conseguir su recuperación para el disfrute público, pues estaba sujeto a un reglamento de usos con restrictivas normas del franquismo, se ha convertido en una gran masa forestal enferma y vieja que según los expertos está "en una situación agónica".

Convertido hace unos años en el gran parque público que algunas fuerzas políticas reclamaban, lo cierto es que el paso del tiempo ha demostrado que este terreno es incapaz de salir adelante, y su uso por parte de los vecinos es meramente testimonial o anecdótico.

Es así, en gran medida, porque la enfermedad que arrastra merma buena parte de su valor, quizás porque la tala supuestamente selectiva que se desplegó hace cuatro años no cumplió los objetivos previstos, o bien porque desde entonces se ejecutó un defectuoso mantenimiento ecológico del entorno.

"Estaba previsto cortar los árboles enfermos, y sin embargo no se hizo así, de ahí que la enfermedad que afecta a los pinos siga propagándose", lamenta Alfredo Bea. También se pretendía eliminar especies invasoras, como las acacias, "pero la Z-14 sigue plagada de estas plantas".

Todo ello ha permitido un rápido y peligroso desarrollo del Phellinus Pini, un parásito que se propaga con facilidad de unos árboles a otros, atacando de manera especial a los de mayor edad, y por tanto más bajos de defensas y más débiles.

El hándicap en la Z-14 es que en algunos puntos la masa forestal es tan espesa que los árboles adultos, ya enfermos, no dejan crecer a los jóvenes, que sí podrían salvarse del ataque del hongo. De ahí que uno de los objetivos del Concello sea "abrir claros", es decir, zonas despobladas en las que entre la luz para afrontar en ellas la repoblación.

"No hay tratamiento, y la única solución es cortar los árboles enfermos tratando de que las esporas del hongo no se liberen, pues el aire las arrastraría y acabarían infectando todas las plantas que queden sanas".

En este sentido, explican desde Medio Ambiente, "tristemente poco se puede hacer para salvar a los árboles centenarios que fueron testigos de la historia de A Toxa y de O Grove y que se han convertido en auténticas joyas botánicas que, sin embargo, se mueren por falta de cuidados y planificación".