La reunión de casi tres horas celebrada ayer en Santiago entre la dirección de Alfageme, los delegados sindicales, la Consellería de Traballo y el Igape en Santiago de Compostela, sirvió para que el organismo autonómico encargado de la financiación expresara verbalmente la intención de conceder el aval solicitado. Pero este balón de oxígeno financiero, en esta ocasión, está condicionado al apoyo explícito de los sindicatos al plan de viabilidad que presentó la empresa. CC.OO advierte de que si la situación no se arregla este mes, están abocados a un cierre irreversible del grupo empresarial con la pérdida de casi 400 puestos de trabajo.

En el encuentro estuvo presente el inspector de Trabajo quien explicó que es imposible de plasmar por escrito la condición que imponen los trabajadores de la planta de Vigo, asesorados por CIG y UGT. Estos plantean la reserva de un aval para garantizar las mismas indemnizaciones de futuros despidos que las que se pactan ahora para los trabajadores que no se van a trasladar a la planta de Vilaxoán.

Ante esta cuestión y la exigencia del Igape de que se apoye el plan de viabilidad como condición para conceder el aval, los representantes del sindicato CIG solicitaron un par de días de plazo para reunir a los trabajadores y someter a su consideración esta cuestión.

CIG y UGT han convocado para mañana una nueva jornada de huelga en la planta de Alfageme en Vigo y lo mismo ocurre en la factoría de Ribadumia, convocada en solitario por el sindicato nacionalista. Los delegados aprovechan este día de paro para celebrar por la mañana la asamblea y presentar su contestación en la reunión prevista en Santiago para las seis de la tarde del mismo día.

Por su parte, el sindicato Comisiones Obreras advierte de que la situación económica en Alfageme es crítica y que está prácticamente en quiebra técnica. Según explican sus delegados, de esta situación sólo se saldría si el Igape concede al grupo conservero un aval de 9 millones de euros y tramita un segundo por 6 millones de euros destinados exclusivamente a renegociar las deudas y poder tener liquidez para continuar trabajando.

En esta ocasión, hay un nuevo equipo directivo dirigido por el técnico independiente, Francisco Rivas, en el que los propietarios del grupo conservero están en minoría. Pero Rivas también advirtió de que dada la crítica situación del grupo, si en los días que le quedan a este mes no se resuelve la concesión del aval para reactivar Alfageme, va a abandonar el proyecto porque sería imposible llevarlo a cabo.

La planta de O Grove, especializada en cefalópodos y mejillón, ya está parada desde hace una semana. Se acabó un pedido y la empresa no está en condiciones de continuar la producción de conservas si no tiene liquidez. Las delegadas de esta planta conocida por el nombre de Marsac, confían en poder volver al trabajo a partir del 2 de noviembre si se soluciona el problema del aval.

El sindicalista de CC.OO, Fernando Ramos, hace un llamamiento a la responsabilidad tanto a las centrales sindicales como al Igape. En primer término expresa que a Comisiones tampoco le gusta el plan de viabilidad presentado por Alfageme que cierra las plantas de Vigo y O Grove y traslada personal a Vilaxoán, pero también considera que es la única posibilidad de salvar los puestos de trabajo que quedan debido a que la empresa está en quiebra técnica.

Ramos expresa que a CC.OO también le gustaría respaldar la petición de que todos los trabajadores cobren la indemnización que fue pactada para los que se marchan ahora, pero recuerda que no es legalmente aceptable destinar una parte del aval para crear un fondo que garantice futuras indemnizaciones de trabajadores, y que además el dinero debe utilizarse para crear liquidez en la empresa.

Ramos insta al Igape a conceder el aval para salvar Alfageme del cierre, aunque en la reunión de mañana el plan de viabilidad no cuente con el apoyo de todas las centrales sindicales. Señala que también es responsabilidad de este organismo haber concedido avales anteriores a Alfageme (más de 40 millones de euros) sin control efectivo y sin el apoyo de las centrales sindicales que ahora pone como condicionante.

La diferencia sobre el anterior plan de viabilidad es que en esta ocasión se han establecido controles más férreos para evitar que el dinero de las ayudas se desvíe a otras cuestiones; hay un equipo directivo independiente que se reunirá con los sindicatos una vez al mes para dar cuenta de las gestiones y también se expone por escrito que la venta de las fábricas de Vigo y de O Grove va a revertir en las cuentas de Alfageme para liquidar deudas.