Más de medio centenar de personas se congregaron ayer a las puertas de la residencia de la tercera edad “Valle Inclán”, de Vilanova, convocados por los sindicatos CC OO y CIG.

Ambas centrales iniciaron este mes de octubre un calendario de movilizaciones para lograr la firma del convenio colectivo de 2009 para los trabajadores de los geriátricos, pues acusan a la patronal de intentar torpedear por todos los medios un posible acuerdo.

Paulo Rubido, de la Confederación Intersindical Galega, y Luis González, de Comisiones Obreras, explican que los empresarios sólo están dispuestos a aplicar una subida salarial del 0,3 por ciento a sus empleados, mientras que los sindicatos reclaman un incremento del 5 por ciento en un horizonte de dos años. “En la actualidad, el salario medio de un trabajador de un centro de la tercera edad se sitúa en los 800 euros brutos al mes. Nosotros lo que queremos es que en un umbral de dos años puedan alcanzar la condición de mileuristas”, explican los representantes sindicales.

Se escudan en la crisis

Según Rubido y González, los empresarios se escudan en la crisis económica para no pagar más, pero este es un argumento que no se creen los sindicatos. “Éste es un sector que está en crecimiento, y en el que las administraciones invierten cada vez más”, alega Luis González, de CC OO.

La concentración de ayer fue la primera que se celebra en O Salnés. En esta comarca hay cinco geriátricos -además del de As Sinas (Vilanova), funcionan los de Vilagarcía, Cambados, Ribadumia y O Grove-, que emplean en total a unas 200 personas. Los sindicatos también esperan que la Xunta de Galicia tome cartas en el asunto, y por ello han enviado una carta a la Consellería de Traballo e Benestar, solicitando una reunión.

Recuerdan que prácticamente todas las residencias tienen plazas concertadas, por lo que se nutren de fondos públicos, y que la solicitud de mejores condiciones laborales para los trabajadores de los geriátricos no sólo beneficia a los empleados, sino a los propios residentes, que podrían recibir un mejor servicio. “No estamos hablando de un convenio baladí -añade González- porque afecta a 5.000 trabajadores en toda Galicia”.

Durante la concentración de ayer en Vilanova, los trabajadores hicieron sonar silbatos y tambores y corearon por el megáfono consignas a favor de un “convenio digno y con derechos” y en contra de los representantes de la mesa negociadora de la patronal -en la que se encuentra el director de “Valle Inclán”-, a los que acusan de tener muy poco interés en lograr un acuerdo.

Paulo Rubido, de la CIG, explica que “el anterior convenio colectivo expiró en diciembre de 2008, y aunque nosotros pronto mostramos interés por estudiar otro, la patronal puso impedimentos a negociar desde el primer momento”.

Dice el representante sindical que tardaron cinco meses en constituir la mesa negociadora del convenio, y que el diálogo se rompió después de cinco reuniones que consideran totalmente infructuosas. “Incluso proponen retirar derechos sociales que ya teníamos reconocidos”, concluye Rubido.

La dirección de “Valle Inclán”, por su parte, prefirió no realizar valoración alguna sobre el conflicto.