Sobradelo consiguió ayer unir con la música la identidad de dos pueblos distintos, pero hermanos. Miembros de la agrupación folclórica Aldaba del ayuntamiento madrileño de El Escorial, pusieron el toque más "chulo" a la segunda edición de las tradicionales Xornadas Folclóricas. Lo hicieron con una actuación magistral a última hora de la tarde en la Praza de Galicia en el mismo escenario en el que la ya emblemática agrupación Nós entonaba con sus gaitas y tambores las músicas más enraizadas de la tierra gallega.

Fue el propio teniente de alcalde y concejal de Cultura vilagarciano, Xosé Castro Ratón, el que utilizó una bonita metáfora para enlazar el significado del nombre Aldaba (de origen árabe y con significado de "apertura") con la necesidad de crear concordia entre los pueblos y preservar "una identidad cultural que a medida que el mundo se globaliza se está resintiendo.

Los madrileños fueron recibidos al mediodía en el Consistorio vilagarciano por el propio Xosé Castro Ratón y por las concejalas de Turismo y Educación, Rosa Abuín y Susana Camiño

El teniente de alcalde valoró la riqueza del folclore cultural y agradeció a los vecinos de El Escorial "su buena predisposición para enseñarnos su cultura".

La música como lengua

Castro Ratón cambió la lengua castellana por la de Rosalía para dirigirse a los anfitriones, a la agrupación Nós. Explicó con detalle su gran labor a favor de la reproducción de la identidad y de la cultura gallega "en una época en la que está siendo amenazada nuestra lengua por la actitud de los gobernantes autonómicos".

El concejal nacionalista aclaró que "espectáculos y agrupaciones como las que tenemos aquí son una garantía de futuro para preservar la identidad de los pueblos" y los invitó a "seguir trabajando duramente para que este hermanamiento no se acabe nunca".

Los madrileños se llevaron a su tierra un recuerdo de Vilagarcía y el buen sabor de boca de enseñar a los arousanos que su folclore va mucho más allá del popular "chotis".