Miembos del personal docente de la Escuela Oficial de Idiomas de Vilagarcia llevaron a cabo una "cacerolada" , ayer a mediodía, como señal de protesta por la nueva circular que la Consellería de Educación envió a los centros y que, a su juicio, "vulnera el derecho a la negociación ya que no fue discutida en la Mesa Sectorial con los representantes del profesorado". Este acto de protesta se enmarca dentro de la huelga que paralizó todos los centros de idiomas gallegos el miércoles y el jueves de esta semana, hecho que provocó que estudiantes de inglés de la escuela vilagarciana viesen a plazadas sus pruebas de septiembre.

La nueva ordenanza emitida por la Consellería de Educación, explica el personal docente de la institución, implica un retroceso en la calidad de la enseñanza de idiomas y empeora las condiciones de trabajo de los profesores destinados en las Escuelas. Además, la aplicación de esta circular supone la reducción del cuadro docente, de la oferta horaria en las horas de más demanda, aumento de la carga lectiva del profesorado lo que llevaría a la supresión de clases complementarias y el empeoramiento de la calidad de la enseñanza con la consiguiente reducción de la diversificación educativa alcanzada en los últimos años.

En la Escuela de Idiomas vilagarciana todavía no han perdido a ningún docente pero temen que estas reducciones de personal se puedan aplicar en el próximo curso. Y es que lo que más preocupa a los docentes de la capital de O Salnés es que el aumento de la carga lectiva de los docentes haga que no se puedan impartir clases complementarias con las que los alumnos podían mejorar su formación. Además, los profesores aseguran que con el incremento de trabajo no podrán preparar bien las clases y se verán obligados a seguir los libros de texto, hecho al que se oponen.

Por otra parte, la nueva normativa establece el comienzo del curso el día 17 de septiembre, fecha en la que los alumnos todavía no han terminado los exámenes de septiembre y en la que el plazo de matriculación sigue abierto. Asimismo, con esta modificación en la inauguración del curso supondrá que muchos alumnos tengan que incorporarse a las aulas mucho más tarde que sus compañeros.

Para muchos, esta nueva normativa supone un recorte en la calidad de la formación en idiomas.