Ya casi han pasado tres años desde que la tragedia afectó a tres familias de O Grove cuyas casas fueron arrasadas por las riadas. Muchos recordarán aquellas imágenes en las que, sobre todo en una de las viviendas, se apreciaba cómo el agua atravesaba el inmueble con virulencia llevándose todo a su paso.

La magnitud de aquel suceso sirvió para que se demostrara la solidaridad de los mecos, que se ayudaron unos a otros, pero también para que el Concello tomara protagonismo, una actitud silenciosa que lo llevó a colaborar en la reconstrucción de las tres viviendas. Se hizo a través de la concejalía de Benestar, que dirigida por el nacionalista Carlos Álvarez Besada estuvo cerca con los damnificados.

Ahora esa reconstrucción de las viviendas está encauzada y prácticamente finalizada. A una de las casas ya sólo le faltan los muebles y un par de retoques finales, por lo que en próximos días, quizás la semana que viene, una familia podrá recuperar su hogar.

Hasta ahora se alojaron en pensiones o con otros familiares. Fueron tres años sin un hogar propio que para muchos han pasado rápido, pero que para los damnificados parecen una eternidad.