Las bandas de Pontevedra, Municipal de Ourense y Meaño demostraron ayer la buena salud de que goza la música de bandas en Galicia, y lo hicieron en un festival, el meañés, que congregó ayer en torno a 700 de personas en la Praza da Feira, pese a una tarde por momentos desapacible que la carpa habilitada por la organización atenuó en parte.

A las cinco de tarde se iniciaba el festival que cumplía este año su mayoría de edad (18 ediciones) y lo hacía con el tradicional desfile de las tres formaciones por delante del consistorio. Acto seguido, presentados por Germán Tizón Freiría, comenzaron los conciertos, en los que se interpretaron obras sinfónicas, pasodobles, jotas y piezas gallegas. Entre otras sonaron la “Obertura Festiva” de Shotakóvich, las “Danzas Armenias” de Alfred Reed, el “Strike up the Band” de Gershwin, o los pasodobles “Salero” de Marquina y “Maribel” de Ferrer Ferrán.

El público, que siguió con atención cada actuación, ávido de ver sobre el escenario dos bandas semiprofesionales como eran las de Pontevedra y Ourense, no escatimó en entusiasmo en sus aplausos cuando los anfitriones, la Unión Musical de Meaño, bajo la dirección de David Fiúza Souto, subió al escenario para cerrar el festival. El certamen finalizó pasadas las siete de la tarde -la apuesta por reducir a tres el número de bandas hizo posible que se acortara este año su duración- con el acto solemne de la interpretación del himno gallego al unísono por parte de los 150 músicos de las tres bandas participantes.

Galicia cuenta en la actualidad con más de un centenar de bandas de música que agrupan en total a cerca de 6.000 músicos. Dos filosofías citaban ayer en Meaño, en agrupaciones todas de gran tradición. De una parte las bandas populares que encarnaba la banda meañesa, una formación que remonta sus orígenes al año 1830 y que, después de un ostracismo de años, reaparece en 1985 en su versión actual. Su director David Fiúza apuntaba que “las populares son bandas de cantera, con una escuela detrás, con mucha gente joven, y con un sentido altruista y una ilusión que no existe en otro tipo de formaciones”

Salario

De otra parte las bandas semiprofesionales, representadas ayer en Meaño por Pontevedra y Ourense, agrupaciones que nacieron en 1980 y 1897 respectivamente, si bien su profesionalización fue muy posterior. El maestro Juan Lois Diéguez, director de la banda pontevedresa apuntaba que en las bandas semiprofesionales “los músicos pueden cobrar, dependiendo de los convenios de cada banda, entre 200 y 600 euros al mes, lo que no les da para vivir de la música.” A cambio la banda pontevedresa debe ofrecer cada 15 días un concierto en la ciudad “lo que nos obliga a estar renovando repertorio continuamente -explica Juan Lois-. Es la mejor formación de los músicos lo que permite que ello sea posible y que en los ensayos avancemos mucho, mientras que en la bandas populares se debe realizar una labor más didáctica porque muchos son todavía músicos noveles.

Cierto que estas formaciones semiprofesionales son para muchos un puente para vivir de la música. Benjamín Dorado, un meañés enrolado en la banda de Pontevedra, recuerda que “varios músicos de bandas semiprofesionales luego completan su labor dirigiendo bandas populares para así poder vivir de la música”. Por ello quien más y quien menos aspira a entrar en una de estas formacione. La banda pontevedresa, curiosamente, cuenta entre sus 30 integrantes con 5 formados en Meaño.