Los vecinos de Marxión vuelven a tener problemas en la plaza del lugar. Tras haber tenido que soportar durante meses una montaña de escombros y basuras “adornándola” ahora llevan casi un año con un coche abandonado que sirve de parque de juegos para los más pequeños del lugar. Los vecinos se sienten molestos y “olvidados por el ayuntamiento”, ya que aseguran que en Ravella son conocedores de la situación.

“Hemos puestos 5 denuncias en la Policía Local para que nos lo quiten, pero no nos hacen caso y aquí nadie viene a llevárselo, con lo fácil que sería” relata uno de los vecinos afectados. El vehículo, todo un clásico Ford Fiesta, se encuentra en malas condiciones y cada día está peor corroído por las inclemencias climatológicas. “Es un peligro para los niños, está todo roto y cualquier día se les cae encima una puerta o se hacen daño con algo, entonces después lamentamos las cosas”, asegura uno de los afectados.

Los vecinos piden que se retire el vehículo de una vez por todas, situado en la pequeña plaza de la calle Marxión -por detrás del PAC de San Roque- y que supone un claro peligro. Además, consideran que es algo que afea el entorno de sus viviendas, y que ellos, como cualquier otro ciudadano, tienen derecho a no tener que acumular basura en las cercanías de sus casas.

Esta no es la primera vez que los vecinos de Marxión han tenido problemas de este tipo y se han visto forzados a protestar por otros medios ante la lentitud de las autoridades locales. Durante el verano de 2007 ya se quejaron por unos escombros que llevaban entonces 7 meses en la misma plaza donde hoy se encuentra aparcado este coche. Aquellos escombros, que se recogían en poco tiempo, estaban acumulados después de unas obras de instalación del cableado de R, y tardaron casi un año para retirarlos.

El coche abandonado cumple ya los mismos plazos que los restos de obra, y los vecinos esperan que lo antes posible se retire para no tener que seguir batallando por algo que consideran que es su derecho. Para algunos de los niños de Marxión el coche es ya un juego más de su calle, ajenos al peligro que aseguran los vecinos que representa.